Envidio los lugares
donde te lleva la tarde
cuando se apaga en las penas
mi alegre silbo que inspiras.
Te pienso/
cuando en la mesa del café
me impregna
el burdo sabor a melancolía/
aún sabiendo que en cada sorbo
bebo tu grato recuerdo.
Arde en mi corazón la ansiedad impotente.
Quimeras.
Sueños.
Cambiar el destino.
Cuando ya aturdido me marcho/
y revientan en la vereda
los ojos ciegos de mis pies/
viene a mi
el cielo de las caricias robadas
y abres en mi pecho
(no sé si sabes)
una pena y una flor.
Pudiera yo
cocer en el vino amargo
la dura cerviz del delirio.
Pudiera el amor
romper las murallas del tedio/
abrir ventanas
de soles y dichas
para que auyenten
a estas tormentas del alma.
Cuando me envuelve la noche
en esta mendicidad resignada
me regala generosa
el poder de soñarte...
¡Que habrá un mañana
me cuenta
de esplendoroso cielo
que cantará nuestro amor!
Autor: Juan C. L. Rojas
Todo es uno. Hay un hilo conductor que relaciona a las partes con un todo. Pero las partes deben hallar una consciencia del Todo... Un poco de aquí y de allá.
viernes, 24 de marzo de 2017
Cuando te vas
jueves, 23 de marzo de 2017
Desde el cartón
Puede
que hoy nazca
desde el cartón desechado
la hoguera de la vergüenza.
Leño encendido en los corazones/
Manojo apretujado
que acopian las penumbras.
¿Nacerá también
algún día
la dignidad de sentir lo hermano?
¿Nacerá la compasión
a lo próximo y desesperado...
y en algún rincón de la conciencia
una chispa casual de amor?
Laxos están los músculos
desgarrados/
para mitigar
el galope impaciente del hambre.
Niñez desguarnecida.
Adolescencia resignada a lo casual/
a la ingratitud de la fortuna/
al arrojo sobrante del mendrugo.
Ojalá nazca desde el cartón
la dignidad
y al menos por una vez
el sudor del poderoso.
Autor: Juan C. L. Rojas
https://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=hambre
miércoles, 22 de marzo de 2017
¿Cambiar paradigmas?
Suele ser bueno cambiar paradigmas; lo malo es hacerlo por otros peores, sin sentido o de dirección negativa, simplemente por moda, por snob, por "revolucionario", u otras pavadas...
Juan C. L. Rojas