A la sazón,
el despliegue de la flor,
abriendo sus pétalos al aire,
¡desliéndose generosa!
en perfumados sabores,
en el grave vigor
de sus pigmentos...
Y así te presentas
alumbrándote en mis ojos
complacidos
en el vértigo del asombro.
el despliegue de la flor,
abriendo sus pétalos al aire,
¡desliéndose generosa!
en perfumados sabores,
en el grave vigor
de sus pigmentos...
Y así te presentas
alumbrándote en mis ojos
complacidos
en el vértigo del asombro.
Y ya pronto
va mi espíritu
donde se aprestan
abeja y néctar
a libar zumo a zumo
los dulzores
que calando van
en tu mirada,
y en la revelación
de sino esplendente
la sinuosidad,
el signo de tus pechos
y del mio suspirante.
va mi espíritu
donde se aprestan
abeja y néctar
a libar zumo a zumo
los dulzores
que calando van
en tu mirada,
y en la revelación
de sino esplendente
la sinuosidad,
el signo de tus pechos
y del mio suspirante.
Caigo bendecido
en el regazo de tu luz
quieta y expectante,
de torbellinos y silencios,
de candores,
gestándose en tus labios
y en la ansiedad de tu boca,
en la avidez de la mía.
en el regazo de tu luz
quieta y expectante,
de torbellinos y silencios,
de candores,
gestándose en tus labios
y en la ansiedad de tu boca,
en la avidez de la mía.
Caigo en el sonido
que tus ojos me susurran
sin mezquindades
en su humedad continente
y su brillo que resuena
en el diapasón
de mi temblor,
en los cauces
de mi sangre
que en
níveo
riego
cae
en esa
comunión bendita
de cuencas
y afluentes
rebasantes
de pasión,
natura,
y de amor.
que tus ojos me susurran
sin mezquindades
en su humedad continente
y su brillo que resuena
en el diapasón
de mi temblor,
en los cauces
de mi sangre
que en
níveo
riego
cae
en esa
comunión bendita
de cuencas
y afluentes
rebasantes
de pasión,
natura,
y de amor.
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