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viernes, 9 de marzo de 2018

Musical

Musical


Fueron nuestros días
    subrepticio canto del silencio.
Ronda de celestes sonoridades.
Completo programa de un concierto
    de humildes himnos/
        cantos/
            e ignoradas tragedias bajo la piel
                acrisolando el alma.

¡Y es así     como suena la vida!
Este estanque en el Universo/
    donde reverberan los ecos
         de brillantes soles/
             nubosos horizontes.

Agradezco tus    sonrisas
    (aunque abemoladas)
pasaron el riesgo de las cuerdas
    que más no se pudo tensar.

Agradezco a tus manos/
Fortalecieron los bastiones de mi espíritu.
Este espíritu que envuelve
    a un ángel veleidoso
que transmuta en aire de palabras
    esta dicha sufriente de vivir.

Llevo en el diapasón de mis huesos
    tu corazón
su pianissimo acorde
    que sonó sobre mi piel
        cuando aletargaba
            sus    espacios    de suspiros.

Que me miren tus ojos...
que ya los míos...
tranquilos
    en este prolongado calderón...
que no dice
    cuál es el compás que sigue/
    cuál el que empieza/

Podré ejecutar
    en un rincón     tal vez
        este mordiente chispeante de mis ojos/
Se notará/
    en la sonoridad rallentada de violines.

En el fondo de esta sala de armonías/
    ya se dieron a silencio
        las cajas oscuras de los bajos/
sólo el aire vacío suena
    de las gaitas distendidas.

¿Ves/ oís/
    la campanilla suave de mi sonrisa
        que atornilla el aire
            para calmar tus ojos
                y la ansiedad dolorosa de tu pecho?
¡Mira, no son culpas
    estos golpes de timbales en nuestros oídos!
Sólo    son    sones/
que tañen
    los duendes musicales del aire.

Oye, es imposible parar
    este concierto beethoveniano.
        Golpes violentos del amor.
...el silencio también es música/
música que fluye
cósmica y terrena
    en la voz profunda del alma.

...Miremos el arroyo
este sinuoso devenir del tiempo...
nada más, percibamos
    el perfume abrillantado
en estas notas del concierto.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas