Destino. Palabra de poco uso en mi vocabulario.
Creo que el destino como concepto en sí mismo, lleva intrínseco la condición fatalista. Es decir: si lo aceptamos como tal, entonces, por decirlo así, deberíamos sentarnos a esperar que las cosas se desarrollen según ese capricho llamado destino; puesto que nada de lo que hagamos desviará su sino. Se cumpliría inexorablemente.
Eso es un concepto fatalista, donde cierto Dios o dioses, o ciertas fuerzas nos controlan indefectiblemente. El tan mentado libre albedrío quedaría inoperante.
No creo tal cosa...
Si acepto, y creo, que lo que actúa en todos nosotros, son las características propias de nuestro ser. Ello es, básicamente, el temple, el temperamento, el talento con que estamos dotados o no, lo que hemos cultivado y aprendido en nuestro vivir, la percepción que hemos desarrollado, nuestra estructura psíquica... tambien nuestro ambiente, recursos y limitaciones, casuales o causales...
Todo ello hará al sentido y dirección a lo que tendemos, y el grado de voluntad y perseverancia que inducimos a nuestros pasos, nuestros objetivos, y la vida misma...
Juan Carlos Luis Rojas
Todo es uno. Hay un hilo conductor que relaciona a las partes con un todo. Pero las partes deben hallar una consciencia del Todo... Un poco de aquí y de allá.
lunes, 13 de marzo de 2017
¿Destino o voluntad?...
Etiquetas:
características
,
casuales
,
causales
,
destino
,
Destino o voluntad
,
dirección
,
fatalidad
,
fatalismo
,
fatalista
,
Juan Carlos Luis Rojas
,
limitaciones
,
objetivos
,
recursos
,
sentido
,
sino
,
vida
,
voluntad
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario