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lunes, 4 de julio de 2016

A paso firme

¡Ve a paso firme! ¡No necesariamente corriendo!, para alcanzar el tren.
Esto me hace pensar... (De vez en cuando cargo con  ese desafío).
Pensé en eso que la gente suele comentar... "Perder el tren"... ¿Qué será?
También suelen decir, que "cada cosa "Alguien" te da tu medida y a su tiempo debido"... que cada cosa Alguien te da en su tiempo determinado y no más allá,,, Será??... Y también te quita??

Ir a paso firme, sugiere la posibilidad de mayor control de la cosa. Ir corriendo implica presión; la necesidad de intentar conseguir cierta holgura a una evidente situación límite.
La expresión: "Perder el tren" se suele referir a perder una oportunidad necesaria y determinada en la vida, lo que a su vez podría significar la última. Sin embargo no siempre es tan así. Dependiendo del manejo sabio e inteligente de nuestra vida, podemos encontrar salidas relativas con el ejercicio de la paciencia y constancia. De tal manera que podemos notar generosidad en ella; puede haber un "barajar y dar de nuevo". Implica el equilibrio entre dos estados o funciones: la serenidad y la actitud alerta y previsora. 
Sin embargo la resultante también puede ser el otro extremo; de tal manera que por tal o cual circunstancia ha resultado feliz perder determinado tren; beneficio que uno puede darse cuenta después de un tiempo de ocurrido.
La vida es un juego de estrategias y re-acomodamientos, por la que uno debe ser flexible para adaptarse a ella y ubicarse en el contexto y punto apropiado de acuerdo a los recursos de que disponemos.
Ser demasiado esquemático puede llevarnos a error porque suele implicar inflexibilidad y por lo tanto el choque emocional con las circunstancias. Un desgate innecesario de energía en ello. No ser flexible genera la ceguera para ver otras opciones y caminos. Debemos estar dispuestos, llegado el caso, a modificar y cambiar nuestro rumbo.
El humano a veces tiende a ser extremista. O pendula locamente de un extremo a otro. No se trata de, ni chocar contra todo, ni esperar a las cosas de manera fatalista. Suele ser necesario, "hacer que las cosas sucedan". Implica lo pro-activo y la estrategia que da el equilibrio sereno.
Es muy cierto que lo que se siembra, eso es lo que se va a cosechar, y el resultado puede llegar a ser positivo o negativo dependiendo de cual fue nuestra siembra. 
No siempre me gusta emplear el concepto de bendición, porque puede conllevar una conclusión injusta de unos con respecto a otros. 
Hay expresiones extremas: 
"¡Gracias a Dios se salvo, fue bendecido!"... Y los otros que no corrieron la misma suerte, fueron castigados, maldecido, entonces?? Pensemos sobre ello.
Juan C. La. Rojas