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sábado, 10 de septiembre de 2016

La página rota (Emiliano Fernandez)

El sol arrebolado se hunde en el poniente
y acecha sigiloso el triste amanecer
sus cárdenos reflejos desmayan lentamente
en ritmo con mi inmenso profundo padecer.
Conmigo ya en la noche y envuelve en su velo ancho
como a un fantasma loco mi pobre corazón
las noctívagas aves del mal y del desvelo
sobre mi alma cruzan en larga procesión.
Llena un brío de ausencia mi lóbrigo aposento
y a Dios solo confieso mi tétrico sufrir
y tú, lejos amada ignoras mi tormento
ignoras el martirio de mi intenso vivir.
Mi senda entenebrida está llena de espina
aguda y punzante espina de dolor
los jilgueros huyeron de esta selva vecina
ya no sueltan al viento su música de amor.
Las flores que en otoño brindó la primavera
hoy perdidas y mustias están en la orfandad
y todo tiembla y gime en la angustiosa espera
aguardando que vuelvas enivoluble beldad.
Así también yo vivo herido de tu ausencia
distante de tu gracia sin escuchar tu voz
las olas del destino arrastran sin clemencia
mi barca de esperanza que a ti fuera veloz.
Aquel dichoso nauta hoy náufrago sin destino
zozobra en las olas del mar de la aflicción
amada tú lo sabes perdido está el marino
porque apagó el destino su faro de ilusión.
Perdí ya tu cariño perdí ya tus amores
llorando desengaño cargado de dolor
ven amada a mi brazo que sobre las cenizas
perennemente tuyo encontrarás mi amor.
No importa que tu gracia florezca en manos ajenas
no importa que se burlen de mi fe y mi ilusión
y aunque mi senda encuentra de lado y sendas llenas
rencor no guardará mi pobre corazón.
Tal vez el egoísmo falaz y traicionero
que lo destruyera mi nido de placer
mañana se transforme y sea en mi sendero
como una flor que arome mi triste atardecer.
Adiós dulce Fernanda amada novia mía
me voy con paso incierto buscando otro vergel
adiós aquellos ojos que fueron mi alegría
adiós aquellos besos que fueron todo miel.
Emiliano fernandez