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viernes, 5 de agosto de 2016

lunes, 18 de abril de 2016

Levántate y camina

Tu soledad es aquella
dónde detienes tus ojos del mundo...
Es aquello que por ti mismo
ciernes en desamparo.
Y donde detenerse significa,
esa total indiferencia que recibes...
O la excusa ambigua
de ciertas conciencias..
Tu soledad,
es ese desmedido infinito
de lo que ya fue.
Conocimiento de pasado.
Negación de futuro,
despojado de andariveles
por donde marche la esperanza.
Sí.
Solo abismos.
Infinita nada.
Sin embargo, tu soledad
también puede ser
(debes saberlo)
tan solo
pesadez de los párpados,
que imposibilita mirar
por sobre los muros
del horizonte,
ni por sobre las sombras
dónde se apoyan las estrellas...
¡Levántate y camina!
¡Abre los ojos y ve!
...Aunque no veas sino solo sombras.
¡Allí!...
Sobre la noche
te espera la luz...







lunes, 13 de julio de 2015

Un germen de la tristeza

Una de las grandes murallas del mundo es la indiferencia,... que conlleva, en sí, la falta de empatía, la falta de interés en el otro,... Ese otro, a su vez, no puede "abrir su corazón" ante la falta de solidaridad desde el espíritu. La combinación de estos elementos puede bastar para generar soledades. Esa soledad que puede ser germen de la tristeza.
Saludamos como simples formalismos...
Acostumbramos a preguntar: "¿Cómo estás?", pero no esperamos la respuesta, o la dejamos que pase superfluamente.
Generamos un falso positivismo (u optimismo), en el momento equivocado.
Es así como nos puede llegar a sorprender ciertos acontecimientos desafortunados de personas cercanas, cuando expresamos: "No sé qué pasó, se lo veía bien", o algo por el estilo. ¿Nos hubiese importado? ¿Hubiesemos hecho algo al respecto? ¿Cual sería nuestra respuesta?...
Si la respuesta es, sí, entonces, no tuvimos la suficiente sensibilidad para entender, o no hemos inspirado la suficiente confianza para que se nos transmita cierta condición.
Si la respuesta es, no, entonces, nuestra respuesta, se estaría acercando al frío mundo de lo real, donde conmoverse con lo del otro suele ser una simple debilidad; donde esperamos ver y atender sólo nuestros problemas, y que no nos vengan con otro, aún cuando puede sernos muy simple, alguna manera de apoyo y colaboración, como, por ejemplo, el sólo hecho de prestar el oído.
Ese falso "positivismo" es pretender que el otro sea fuerte, no por el beneficio de la fortaleza de aquel, sino para evitar que nos comprometa en algún sentido.
Por supuesto, no se trata aquí de la persona de característica quejosa, sino precisamente, de aquella que siempre hace algo para vencer sus dificultades, mostrándose fuerte y riéndose de ellas, y no nos damos cuenta que está librando una gran batalla.
Estas actitudes suele pasar muy a menudo, hasta en el seno de la propia familia... No nos debe sorprender.

martes, 16 de junio de 2015

Empatía

"No todos tenemos la facilidad de mostrar empatía, y entonces estar alerta a la necesidad del otro; y por otro lado: podemos ser, o estar, demasiado sensible a tal punto que tomamos como desaire o indiferencia la falta de atención circunstancial del otro; y es por falta de empatía es, que no pusimos el esfuerzo de una mirada comprensiva acerca de los por qué, de esa supuesta desatención..."