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lunes, 31 de octubre de 2016

Recostado en tu cuerpo

¿Sabes?... Lo sabes. Que no siempre se trata de andar el camino, ni seguir una huella ni de trotes ni galopes... Que no se trata de mirar hacia algún lugar que detecte horizontes, ni en ton anhelante develar estrellas entre densas tinieblas... Y eso lo sabes cuando vengo hacia ti, a recostarme en tu cuerpo, lejos del sendero a tus pies, mientras los mios se refrescan en el arroyo que pasa... que pasa como la vida jadeando rumores en crecidas y bajas en olas y espumas diluida allá en horizontes de mar... Mientras tu cabellera obsequia de oportunas caricias a esta frente cansada marcada de auras azules... mueves, alentadas de brisas tus formas de verde sideral... Allí veo el relumbre del sol, donde en otros momentos en el mismo lugar he visto alienantes negruras... No se trata siempre de andar, vivir también es vibrar en la emoción de sentir, en un bello instante gozar... Es momento de paz, este en que salí del camino y cerré mis ojos bajo tu sombra y verdor... Ahora despejo la bruma en cósmico silencio... recupero mi corazón en tizón encendido, y bebo la luz copiosa en tu dulce caudal de sauce de sed y fervor.


Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 12 de junio de 2016

El beso aquel


Y poner el sello en tus labios
quisiera y acaso pudiese...
cuando mi boca bebiese de su cáliz
y donde mi lengua entendiera,
del sabor de luz y dulzura en su cántaro...
Que en un movimientos de ríos
unifiquen
sus sales
victoriosas
y cual sauce
el movimiento alear
de tu cabellera vertida
acaricien las aguas libadas
que sobre arrobada piel...
¡allí van en deleite!
¡Adormecerme!
en tu rostro dormido...
en tus ojos
a media luz del ensueño.
Acaso sentir de tu pecho
sus tibios domos lunares,
de tu cordillera,
estallando en el mío.
Y qué dira
aquel fondo
misteriosos
de tu mirada
donde un anhelo anida
y donde un deseo vehemente
atiza
de hermosa esplendencia
su luz.
Como niña que espías
tu ventanita en azul
donde desbordan tus ojos
sonrientes de asombros
y de luz incipiente
de piel que nace al amor.
Así es
que se arraciman tus labios
se arrebujan en sus comisuras
inquietos
esperando,
esperando,
el beso aquel
que nunca llegó.