google-site-verification: google46388f1eb819cd28.html Todo es uno: valles
Mostrando entradas con la etiqueta valles. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta valles. Mostrar todas las entradas

domingo, 2 de octubre de 2016

Tangible

Ha caído la luz del día
con su pregón de esperanzas
en ese lejano horizonte
mientras te pienso.
Oh, temprana intermitencia
de una estrella
¿Tu mirar acaso?...
donde acrisolas mil soles
tras la sombra misteriosa
de tu ser.
Y es así,
que tu luz permanece
y enciende a la mía
con la magia de su flama...
y se derrama
en fluida lumbre
con mi ser,
con todo mi yo
donde me expando
sobre tu piel,
sobre tu pecho,
¡así!
fundido
vertiéndome
en tus valles
recorriendo,
bajando,
sobre las tibias
laderas de tus montes...
Adentrarme en los arroyos
en tus torrentes
hacia el canal mayor
de tus venas.
Sólo para vivir,
y que en mi vivas
anidando un susurro de voces
que alertan nuestros oídos
que palpitan
cabalgando al son
navegando
agitando ríos
hacia el súmun
donde se deleitan
los anchos mares
del amor
del sueño
que tangible
convierte el vivir.

jueves, 30 de junio de 2016

Entre luz y sombra

Ver en vos
más allá de la luz,
más allá de las formas y colores...
Lo des-lumbrante.
Allá detrás,
por debajo,
y en las sombras
donde brota la poesía...
Allí donde suman y rezuman
los misterios...
Aquí veo sin embargo,
siento,
siento en mis dedos,
sobre tu piel,
el cálido asiento de tu collar...
Digo modestamente
cálido...
Ese colgante
que liberarse quiere,
y desde la orla sobre tu cuello
intenta subir a tus valles,
hacia las dunas,
para asumir victorias en sus domos...
Dunas
¡lunas asomando
tras la cordillera misteriosa
de tu ser!...
El lunar,
celoso guardián de tus labios...
¡Labios!...
¿Que artista lo diseñó
con la inspiración de lo sensual?...
Sutiles ellos,
hermoseando,
como fino escabel,
a la cruz vivaz
de tu rostro.
¡Cuánto dirán tus misterios,
cuántos susurros tus labios!
Murmurios en el fondo de tu alma
donde yo
te escucho sinfonías...
o una tormenta de gritos
silentes
en tu boca,
sazonada mies
en la maduración del panal...
Hay caminos en ello
sorteando desiertos
entre amaneceres y ocasos,
entre el maná de tu vida...
Pero defino que tu boca
es sello azul de la tristeza,
o el sabor de la alegría,
que apetece
lo que quiere recibir
lo que puede dar
¡lo que habría de darme!
Más allá,
de sí mismo.