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jueves, 17 de enero de 2019

El temor de Babel

"En el principio el Verbo era.
 Y el Verbo estaba con Dios.
 Y el Verbo mismo era un   Dios."Juan 1:1
Ante la soberbia del polvo se ofendieron los dioses.
Ladrillos dispersaron en el aire.
Cayeron las piedras
    los verbos    los nombres.
Millares de lenguas confusas hirieron los confines/
Y de pié aún    el ser/
    (se dice humano)
protege su temor
    que ignora el mensaje del espíritu.
De pié/    Babel/
    en su pertrecho de pólvora y alfabetos.
También el susto
    de herir con estos versos.
¡Ay!
Se endurecen bajo el sol
    argamasas imposibles.
Tengo miedo de accidentar esta expresión.
Miedo de atar mi dimensión a las palabras.
Siento la carencia enfermiza del lenguaje del silencio...
Siento que sólo los ángeles encienden las miradas.
Puedo escurrir estas letras sin embargo/
    en los puntos inconexos
        de lo mudo y de lo sordo.
Temo    vez tras vez
    el agobio de los pueblos en la ardua diplomacia
        de la palabra muerta e imprecisa.
Temo el desgaste del amor
    bajo normas y convenciones, de signos y protocolos...
"Estarán escritas en el corazón (dijo el profeta)
    las tablas de la ley".
Tiembla Babilonia en el centro de esta hoja
que se cree vacía
a pesar de tanta tinta derramada.
Volveré, tal vez    /distante/
    a la nube antigua.
Volveré
    a mi duro silencio.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 21 de diciembre de 2018

Un brindis


Una  más, en esta
de tiempos medidos
en hitos convencionales...

Una vorágine de sensaciones
expectativas, esperanzas...
La sensibilidad más intensa
hacia el éxtasis o la frustración.

¡Sin embargo, es la emoción...
la medida más certera y profunda del ser!

La emoción en los silencios/
en la euforia
o en el grito...

La algarabía en torno de la soledad
coronando de lo álgido.
alguna desértica desolación.

Pero aún así/
¡innegable se mueve la esperanza!
El hombre apuesta una vez más
a sus anhelos
a sus sueños
y hay un cantar en el balcón de su alma.

Aquí estamos/
desde nuestra marcha/
en los términos de calendarios y relojes.
Y nos apoyamos
en el alfeizar de una ventana
en la penumbrosa habitación
que enumera y memora nuestros sueños...

Allá en lo alto las estrellas
donde navega una luna rutilante.
Meteoros fugaces
centellean en nuestra mente.

Acorde de voces se oyen,... de risas.
La flor de la emoción en los ojos
que transfieren un brindis,
en éter perfumado de vida,
en el sonar de cristales.

Y va mi abrazo extendido
familia, amigos, y aquellos...
que comulgan un sueño.
Seres de buena voluntad
que enarbolan una esperanza
ante la felicidad posible
en un nuevo tramo del tiempo.

¡Y nada más que esto!
¡Con la acción detrás del anhelo
habrá de sernos bendito!

Autor: Juan Carlos Luis Rojas