¡Oh, este destrozo cotidiano de luces/ de sombras!/
Esta hermosura de erguirse/ tras los peñascos añicos/
Este henchirse diario
de noches inflamadas/
subterráneos golpes del alma/ que se esconden/
del mundo abyecto...
De amor/ que espero.
Que avive el fuego/ de fecundidades quietas/
que esperan.
de los ojos puros/ que callan/
elocuencias cósmicas/ que abren/
puertas/
de vírgenes cielos.
desde la profundidad oscura del miedo.
Ser caminante de abismos
insuflando en el alma
simiente de sueños.
y en los puños del corazón/ aferrando aún/
la bravía esperanza.