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martes, 23 de febrero de 2016

De exitosos y estrellado

De exitosos y estrellados

Prefiero a los exitosos de entre la "plebe" que estrechan las manos y dan su abrazo, antes que a los que se creen entre las estrellas, y su ceguera encandilada sólo les permite ir para adelante a estrellarse en algún confín.

Y como dijo alguien: "Si un ciego guía a otro ciego..." ¿Cómo sigue?...





De exitosos y estrelladosPrefiero a los exitosos de entre la "plebe" que estrechan las manos y dan su abrazo, antes que...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on martes, 23 de febrero de 2016

martes, 21 de marzo de 2017

Poesía

¿Qué es poesía al fin?...
Es belleza que se yergue esplendorosa
   a pesar del mundo abyecto.
Es nutriente que dinamiza y fortalece
    los hilos de fonemas y semánticas.
Puede lubricar la voz del alma.
...¡Es la misma voz del ser!

Es lanzadera e hilámen a la vez
    en la trama del humano que se digna construir
        el abrigo del espíritu.
...¡Es el espíritu mismo!

Poesía.
Un roble enhiesto en la llanura temblorosa
    después del seco golpe del rayo fulminante.

Su morfología no es
    lo que enciende la luz del vocablo/
Ladrillos son
de sufrido color
ensayando alas y espacios
    de cénit desconocido/
Pero son las manos del poeta
    las que cuelgan
estrellas rutilantes.
Y así se elevan sus pies/
    en andamiajes/
de acero cualitativo...
para cepillar en altitud
    el adusto ceño
        de la madera sufriente/
para pulir el canto rodado desde el confín/
o para realzar la flor
    en la fragancia expresiva del vocablo.

¿Qué es la poesía al fin?...

Sus notas son imágenes
    de realidades mayores/
multiplicidad sensorial
    elevandose en cada peldaño
        de pentagramas infinitos.

¿La ves?...
Poesía es aquello que está detrás/
del tejido que avanza lento/
hilada tras hilada/
...una línea
    y otra, y otra/
del pensamiento y del sentir...
Virtualidad motivante
    en arte revenido
        sobre los hombros del creador.

¡Oh, poesía!...
En este rincón
    donde renazco y te habito/
vergel transmutado eres/
de vírgenes selvas/
humedad    de vapores perfumados/
esencias que energizan
    las lentas alas de mi espíritu.

¡Eh, tú!    ¿Oyes?...
Un río escondido
    que por lo bajo rumora...
El poeta lo espía
    bajo los sauces distendidos...

¡Y un verso más!    ¡Un verso más!
    que fecunda para siempre
        a la piedra adormilada.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 12 de junio de 2016

Tiempos mejores

A veces suena musical/ esperanzadora
/alguna frase/
Sentida ilusión entra
por la puerta ingenua del oído.
Vendrán tiempos mejores
/dices/
Los adjetivos suavizan
el negruzco sangrar
y del pecho brota un suspiro.
Esa brisa suele ser
/nada más/
temblor de alas/ dolidas preguntas.
Preguntas que llevan en sus signos
el gastado temor.
En las manos del recuerdo
lo imposible es un viento
que erosiona la piedra.
¡Mas el corazón sabe del espacio
y de la interminable expansión de la esperanza!
Divaga una sombra en el espíritu
de la estrella que jamás se acercará.
En este desgarro y deriva gravitacional
cae su peso curvo
al negro embudo
donde llovizna
/quizás pasajera/
esta conjunción
bendita
de estrellas.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Estas palabras

Completo ya/    esta cobertura/
    esta amalgama bicolor
        duales sabores del alma.

Silencio hoy estas palabras
    que brotan de sedientas quebradas.
Estas que oran/
    a estrellas escondidas detrás del Sol.
Sol que seca impiadoso
    hasta las piedras incrustadas
        en este celaje malfarial de mi espíritu.

Y no son
palabras para herirte/
    ni para que bajes los ojos
        con el peso de unas lágrimas
    ...son para que sonrías al mirar más allá/
a esa mies
    prolongada en la esperanza
        que abrillanta sus húmedos resplandores
            sobre el verdor matricial de la vida/
                Esta vida mía/
                    tuya/
                que ha hecho manar luces
             de áridos eriales.

El torrente insulso de metáforas
    no puede explicarte
        la vorágine que chispea aquí en mi pecho.

Es sabido
    que congrega rosas de espumas el mar
        tras el batir de sus olas...
            que puedo beber el vino
                si he cuidado la vid...
            Así/
                incipiente se gesta la ternura
                    bajo los prolijos surcos cultivados.
            Lo sé
                he cosechado tus manos/
            tu cuerpo/
                lo sé/
                    ¡Quién sabe
                        si también tu corazón!

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 6 de febrero de 2016

Cosmos infinito



Era el silencio, era el misterio
nada existía
ni visible, ni invisible.
¿Dónde estaba el cielo, dónde el aire, el agua?
¡Ausente el mar profundo con sus corales
del firmamento la inmensa bóveda!
Nada de aliento
en aquél caos incomprensible.
Sólo el orden de la nada
donde... nada, nada boga en la inmensidad.
Ni días ni noches
con sus reflejos de rosa y nácar.
¡Oh, la bella aurora
no aparecía dorando el cielo!
Ni cabían pensamientos
en las primeras horas del alba.
Era sólo sombra, lo que envolvía a las sombras.
Y allá , en las tinieblas las sombras callaban
en el fondo insondable del vacío
y acaso, ningún concepto
ni pasado, ni futuro era tal.
Nada más, que misterio y silencio.
Y éstas son las respuestas a tus preguntas
desde la naciente de los días
cuando el Todo era la nada
y la inexistencia misma de decir, nada
en el oscuro pigmento de las tinieblas.
¡Sombras! que pesaban en lo infinito del tiempo
y era luz que de tanto ser, era sólo
densa sombra.
Negrura abarcando lo insondable.
Ella era el peso gravitacional
que se apretujaba en su centro
mientras, en sí misma
dialogaba la inteligencia
cimentando leyes primigenias.
Cada presión, centrípeta y abismal
asentaba el estadío de los tiempos
energizadas de ecuaciones eternas.
Y con otros signos, a su vez
en la matriz, se afianzaba el verbo.
Con cada grado de presión
inteligentes en sí mismo
un nuevo elemento diseñabase,
para formar el sistema de lo cuántico
que todo lo incluye y lo abarca.
Acelerada e inexorable ¡descendió!
la vorágine de la tormenta.
¡Tempestad devorada en su centro!
Llegó el tiempo de la saturación de lo completo
donde el crisol ¡intenso! restallaba.
Miríadas de vibraciones y zumbidos
se aceleraron de repente
en intensidad, velocidad, frecuencia
¡apretujándose!
en calor, de plasmas oscuros e infinitos.
Ahora... ¡Ahora sí! Ha estallado enceguecedor
con la energía que todo lo aglutina
en el arco iris infinito de las vibraciones,
en la formación de las huestes celestiales,
explosión acordada y expandida
desde el centro mismo de la inteligencia
y aquí navegamos,
en cada punto bendito del Cosmos
¡humus, esencia,
y polvo de estrellas!
Autores en dueto:





Cosmogonía infinita Era el silencio, era el misterionada existía ni visible, ni invisible.¿Dónde estaba el cielo, d...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on viernes, 22 de noviembre de 2013

domingo, 22 de abril de 2018

La misma raíz (A, Andrés Eloy Blanco)

"oh mi fuerte Orinoco, te filtró toda el agua.

Tú mismo,
desordenado,
pródigo,
invasor,
subversivo,
venezolano,
tú mismo
llevaste las dragas que te roen el fondo,
como tu propio pico de pelícano."
A, E. Blanco

                         

En el alto espacio donde los dioses respiran/
    ¡sueñas!... Oh, estrella derramando poesía.
Artífice/ artista/ armonioso diapasón de lo cósmico/
Poeta de anhelos eternos.../ ¡permaneces!/ 
Abarcado y abarcante del expandido suburbio del eter.

Yo también te saludo, desde mis ríos, mis bosques,
    espejos de estrellas, puente verde y sideral
hacia tus cumbres de lava vigorosa.

Un coro de sonoridades canoras 
    trasitan los cielos de americana esperanza,
y danzan al mundo tus sueños, 
    mis sueños, nuestros sueños.

Del continente indio afloran rostros entre el follaje... 
y los pintores ahora ya pintan tus angelitos negros.

Hoy y mañana te abrazo, en azules 
    quebrados y curvos trazos de mi pluma.

Propongo la misma raíz de tus sueños
esta sed de continente, esta sed de mundo
este anhelo, de justicia y al fin
    un retoño de paz y armonía fecunda.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas


lunes, 1 de mayo de 2017

Extravío

Husmeo en la historia.
Humanidad       Vientos perdidos.
El cortejo real de la miseria.
La mutilación de la carne y del espíritu.

El Hombre es rey extraviado de su reino.

Musas de los tiempos colgadas en el aire
    tirada de conceptos y de formas sin sustancia.
¡Tan baja su estatura
    que jamás alcanzarían a las estrellas!...
¡Los hombres caen
    al mar de su arrogancia!

Un poco más de construír
    es la oración del justo.
Romper/    es la consigna
    en aras de fetiches y blasones
        de corruptelas y patriotelas.

Fieles a la idiotez
    sucumben en las rompientes
        los astros del polvo.

No recuerda el Hombre
cuándo ha nacido su estúpida razón
    de alzar la espada/
de levantar la frente dañina y altanera.

La libertad se arrastra enredada de pañales.
Cautivo el Hombre en su prisión.
Su más grande prisión/
Su propia mente.
El aposento más útil a sus cadenas.

Desde su ego crea fronteras para sí/
Para su ego.
Luego
en su limitación 
llora frustrado
...y perdido.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 7 de febrero de 2016

Vivo

                                          iMAGEN DE INTERNET: https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?                                                                                                q=tbn:ANd9GcSziqDscLBaxmStLsH1r9V04P3kFEO65eaI2yW1P88jkl8LH7xMqg


En esta mañana 
que de suavidad
pasos lentos tiene...
y calidez de tenue brisa
que consuela estos remansos
que ya en la sangre
amenazan con remolinos...
Sofrenada la ansiedad
con fiereza
de racional firmeza,
en la militancia simple
y especial,
el sino de vivir...
Transito las calles rotas
como esos rumbos
de andar sobre peñascos...
Geografías
de montañas y valles,
y desiertos,
donde siempre
algún hospitalario oasis
habrá de ser,
supremo resfuerzo
y aceptada paz.
Y no es que esté muerto de sed,
¡sé vivir con ella!
y sé combatir sin puños.
Sé andar
sobre troncos movedizos
del agreste vergel.
He navegado estanques
de otros mundos,
he vadeado esteros y cañadas
donde serpientes
huyeron de mis pies.
Me he acompañado de cantos,
y de vibrantes cuerdas,
de canoras sinfonías
en la selva umbría.
¡Vivo!
Por que acaso me vale.
Porque estoy.
Porque soy.
Y puedo ver en lo alto
soles y estrellas.
Y puedo ver mis pies...
que si se detienen,
ágiles andan mis sueños.
Domingo y mediodía
avanzan
resonando en sus trajines,
avidez que pasan
lo que en mi ya fue.
Vivo y muero,
que vivir es al fin...
arrastrando en el pecho
los brillos estelares,
anhelantes,
en la modulación
de sus sonrisas,
miradas,
y siembras de amor
que navegan raudas
en los confluidos torrentes
de la gozosa pasión.

Buen domingo a todos amigos... Pasen lindo."Vivo"En esta mañana que de suavidadpasos lentos tiene...y calidez de...

Posted by Juan Carlos Luis Rojas on domingo, 7 de febrero de 2016

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Diapasón oscuro

Aterciopelado manto de la noche en los confines...
¡Sombra!...
¡En sí misma luz de los misterios!
Acaso, oscuro diapasón/ 
que vibra
en la soflama sufriente 
de un suspiro.
¡Allende!... 
¡Oscuro abismo es la distancia!
Y acuoso espejo, 
de los ojos a las estrellas...
donde un corazón
infinito de preguntas
llega al mío.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 8 de mayo de 2018

Luz posesiva

Ahí estás/

    en mi espacio tu sombra
y tu luz posesiva
    cortando llamas
        y encrucijadas indelebles.

Ahí estás...
    calando intermitente mis senderos
        andando en mis pasos
            los tuyos.

Yo
    viajante de bohemias desiertas.

    manantial/
        frescor de valles.

Rumor de estrellas    me hablas
    en la pirámide abierta de tu voz.
Angel que fecundas mis ausencias
    en multitudinarios himnos/    
        para salvar mis delirios
            de sus muertes ditirámbicas.

Yo/
    trotamundo del espíritu.
Tú/
    de mis venas
        la pragmática lumbre.

Autor: Juan C. L. Rojas


martes, 17 de mayo de 2016

Rubores de aurora

Oh, raro evento que jugando
te meces en mi pecho...
que, rubores de aurora
se abren como rosas
en este, mi anochecer.
Desde tu piel que sonroja
y matizas en fucsia atuendo
para hacer que las estrellas
paladeen tu hermosura.
Y acaso me mires
y completes el hechizo.
Y acaso murmures
y me digas tu sentir.
Que en un suspiro liberado
sueltes las alas de tu amor,
vuelo hermoso que no retengo,
y con esta dicha de mirarte
germine un brote hacia el alba
ya henchido el pecho, del amanecer.
Tus labios, que son sendas de la miel
se ajustan en la sonrisa de tus ojos
en la picardía vibrante de tus pechos...
¡Allí yacen, en la memoria de mi boca!
Donde tus rizos, trigo acariciante,
se deslizan en laderas de mis muslos
que no son los tuyos de ávida fortaleza,
bellas columnas en el templo de Eros,
devorando, sus naves y abadías
elevándome de gozos y victorias,
sien alerta y sensible de mi espíritu.



viernes, 2 de febrero de 2018

Lo imposible

Que puedo hacer/

    cuando no estás       amor
cuando se desmoronan del barranco
    las silvestres flores de mi espíritu.

Incierta lumbre dime/
¿que puedo hacer/
si cataratas de sombras
    cortan de mis ojos
        la luz cansada del camino?

¿Que puedo hacer/
cuando la esperanza
    perdida en el horizonte
solo avienta cenizas/
    de un sol que muere?

No sé/
en que ventana te escondes/
en que mirada/
ni cual es el brillo verdadero
    de tu omnipresencia esplendente.

Me subes al aire de la ansiedad
me cuelgas en las estrellas/
allá te espero
    en sueños de bohemias y locuras.

¿Sabes?
    ¡Me marcho
        con las alas que me distes
            quemadas de emociones!

¡Siento que sentencio lo absoluto
    y tiembla
        el agrio escozor de lo imposible!

Autor: Juan C. L. Rojas


jueves, 14 de abril de 2016

Río Paraná, despierta poesía

Viejo Paraná
Antiguo arriero de peces, dorado río,
por tu camino de siglos bajando vas,
desde donde su farol enciende la luna
hasta las islas frutales del litoral.
Sus soles tus lomos queman en el estío,
barrancas, islas y playas te ven pasar,
arriba lames las garras de ariscos pumas
abajo reflejas luces de la ciudad.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná.
Asoman en tus riberas como otros días
las bellas formas trigueñas del guaraní,
pero revive en el alma de los isleños
la raza vieja que otrora reinara allí.
Quien fuera, me dijo un día mirando el río,
como las aguas tranquilas del Paraná,
que no conservan las huellas de los navíos,
y así las penas del alma poder borrar.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná
(Polca canción)
Letra y Música: Edgar Romero Maciel - Albérico Mansilla














"Agua y sol del Paraná"

Por el rio Paraná,
aguas arriba navego.
El sol quema como fuego
en la siesta litoral.

Bordeando el camalotal:
pacu, surubí dorado
van navegando a mi lado
por el rio Paraná.

La canoa lenta va
hiriendo el pecho del río,
sauce triste, ceibo mío,
en sus orillas está.

Azul el jacarandá,
aromó sus ramas de oro,
derramando su tesoro,
sobre el río que se va.

El agua me ha de llevar;
nadie sabe hasta que puerto;
hay solo un destino cierto:
la pampa amarga del mar.

Viejo río Paraná:
aguas marrones y bravas
y en lo alto crestonadas
no terminan de silbar

Tristeza me da el ceibal,
sangrando sobre el verano:
si parecemos hermanos,
en el modo de llorar

Ya mi canción se me va,
aguas abajo del río,
mientras sigo mi destino
remontando el Paraná.

Rio arriba, rio va
contra la oscura corriente
agua y sol sobre mi frente
agua y sol del Paraná.

Letra: Miguel A. Brascó
Música: Ariel Ramírez








El jangadero

Río abajo voy llevando la jangada,
río abajo por el alto Paraná.
Es el peso de la sombra derrumbada,
que buscando el horizonte bajará.

Río abajo, río abajo, río abajo:
a flor de agua voy sangrando esta canción.
En el sueño de la vida y el trabajo
se me vuelve camalote el corazón

Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
con el anhelo del agua que se va.

Padre río, tus escamas de oro vivo
son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la sangre con el agua se me va

Banda, banda; sol y luna; cielo y agua:
espejismo que no acaba de pasar.
Piel de barro, fabulosa lampalagua:
me devora la pasión de navegar.

Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
conn el anhelo del agua que se va.

Letra: Jaime Dávalos
Música: Eduardo Falú








"El Paraná en una zamba"

Brazo de la luna que, bajo el sol,
el cielo y el agua rejuntará.
Hijo de las cumbres y de las selvas,
que extenso y dulce recibe el mar.

Sangra en tus riberas el ceibo en flor
y la pampa verde llega a beber
en tu cuerpo lacio, donde el verano
despeña toros de barro y miel.

Mojan las guitarras tu corazón,
que por los trigales ondulará.
Traen desde el Norte frutal la zamba
y a tus orillas la dejarán,
para que su voz, enamorada de la luz carnal,
arome tus mujeres, Paraná.

En campos de lino recobrarás
el cielo que buscas en la extensión.
Padre de las frutas y las maderas:
florece en deltas tu corazón.

Verde en el origen recorrerás,
turbio de trabajo la noche azul
y desde la luna, como un camino,
vendrá tu brillo quebrando luz.

Letra: Jaime Dávalos
Música: Ariel Ramirez

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Río Paraná

Río Paraná:
Tu brisa fresca respirando yo estoy.
Y canto al verte, tal vez por suerte,
cruzando el puente Brazo Largo
Y al ver tus costas verdes
en un sin fin perderse,
sentir estoy deseando lo que
sienten tantos,
que tus márgenes habitan.
Cantaba al remar, en su canoa a
ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río querido.
Cantaba al remar,
en su canoa a ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río Argentino.
Río Paraná.

De Ricado Iorio y Flavio Cianciarulo








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Brumas

El río me dirá si aún existe
con su voz de cristal entre las flores
él me ha visto en sus aguas endiosadas
y ha borrado de mi piel la oscuridad.

Tan lejos estoy de estos
paisajes tan lejos de su amor y su bondad
que parece que es delirio mi deseo
de borrar esta niebla de orfandad.

Y volver de nuevo a aquellos días
a mi río, a mi selva montaraz,
caminar de nuevo entre las flores
en las costas del bravío Paraná.

Jorge Cafrune








Noches isleñas


Noche, ¡oh noche de luna bella!,            
poblada por mil estrellas baña las aguas del Paraná.                                                          
Noche, ¡oh noche de dulce ensueño!,
que sos para el triste isleño fiel compañero en su soledad.                                                        

Noche, ¡oh noche que al alma hechiza!,        
tu suave rumor de brisa tiene frescura  de manantial.                        
Se eleva hacia el infinito un canto agreste y sentido:  
un canto que ha florecido  entre ceibos, sauces y flor de azahar.

     Brilla el Paraná bajo su fulgor.
     Noche de cristal; noche de ilusión.
     Aguas que se van para no volver,
     llevan con su andar mi hondo padecer.

Noche, ¡oh noche de luz y calma!
haz que ilumine mi alma la claridad de tu resplandor.
Noche, ¡oh noche de tenue encanto!,
no dejes que sea llanto lo que me impida ver tu esplendor.

Noche, ¡oh noche, que ya te alejas!,
escucha la triste  queja, la voz doliente de mi ansiedad.
No dejes que se malogre el fruto de tanto empeño.
No olvides al pobre isleño que sufre y canta en el Paraná.

     Brilla el Paraná bajo su fulgor.
     Noche de cristal; noche de ilusión.
     Aguas que se van para no volver,
     llevan con su andar mi hondo padecer.

¡Noches. Noches isleñas!

Letra y Música: Pedro Sánchez






Acuarela del río

       
Un canilla poí una balsa,        (Poí , del guaraní, flaco, fino)
una guaina, una flor en el río, (Guaina, chica, muchacha)
un paisaje de cielo
reflejan las aguas del gran Paraná.
Más allá, un camalote va flotando
hacia la orilla que arbolada de sauces
Nos invita a soñar...

Acuarela del río que pintas de luces
mi dulce romance.
En el mundo no hay marco más divino
y bello para nuestro amor, son su sol,
Con sus fúlgidos matices
con su brisa perfumada
en mágico arrebol
de un lento atardecer...

A la deriva el bote va
con mi amada por el río.
Meciéndonos con su vaivén
que acompasa nuestro amor.
Y apoyada en mi hombro
me musita al oído
mientras beso sus manos
completan mi dicha
aromas de azahar.

Acuarela del río (Litoraleña)
Letra y Música: Abel Montes
   







lunes, 31 de octubre de 2016

Recostado en tu cuerpo

¿Sabes?... Lo sabes. Que no siempre se trata de andar el camino, ni seguir una huella ni de trotes ni galopes... Que no se trata de mirar hacia algún lugar que detecte horizontes, ni en ton anhelante develar estrellas entre densas tinieblas... Y eso lo sabes cuando vengo hacia ti, a recostarme en tu cuerpo, lejos del sendero a tus pies, mientras los mios se refrescan en el arroyo que pasa... que pasa como la vida jadeando rumores en crecidas y bajas en olas y espumas diluida allá en horizontes de mar... Mientras tu cabellera obsequia de oportunas caricias a esta frente cansada marcada de auras azules... mueves, alentadas de brisas tus formas de verde sideral... Allí veo el relumbre del sol, donde en otros momentos en el mismo lugar he visto alienantes negruras... No se trata siempre de andar, vivir también es vibrar en la emoción de sentir, en un bello instante gozar... Es momento de paz, este en que salí del camino y cerré mis ojos bajo tu sombra y verdor... Ahora despejo la bruma en cósmico silencio... recupero mi corazón en tizón encendido, y bebo la luz copiosa en tu dulce caudal de sauce de sed y fervor.


Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 4 de mayo de 2018

Promesa de ensueño

Un roce
de tiempo y ternura
en la distancia...
El ensueño
en tus manos,
en las mías...
La luz
de nuestra mirada...
Albor
de brillante día...
El calor
de nuestras palabras...
Instante de florecer,
promesa
de brotes
y verdores
perfumados de pasión.
Se aferraron
a la piel del amor,
cómo verde hiedra,
trepando
en el frescor
de la esperanza.
Pero, ¡ay!
¡tristeza!
El viento
del tiempo
se lo llevó,
a las estrellas
del olvido.
...El tiempo
suele ser
un Sol,
que seca
la bendita lluvia,
y deja huellas 
resecas
en los cañadones...
Desaparecieron
las miradas,
huyeron las palabras,
en lo recóndito
del ayer.
...El tiempo
en la distancia
es un Sol,
que seca
impiadoso
la bendita savia
del amor...
y deja huellas 
resecas
en las almas.
Juan C. L. Rojas

jueves, 11 de febrero de 2016

No lo intentes

Mírame si quieres,
pero de lejos,
sin que el sueño
salte de tu pecho.
No pretendas ver conmigo
la comedia del mundo
ni envanecernos en los idilios
de cascabeles dormidos.
No me busques en los cielos
aunque yo pudiera
hacerte ver estrellas,
soñar constelaciones.
Soy como un cometa
de raro rumbo                        
escabulléndose del sol.
Una estrella fugaz
perdida
en el cúlmine instante.
No siempre,
de observarla
puedes entender,
la elipsis
navegando
en los confines.
Ya ni siquiera
mis pasos
se sujetan
a las huellas.
No hay ósmosis
de ternura,
que sujete,
a las paredes
encallecidas
del alma.
Dueña es
mi libertad
de su propia muerte
y de su propia vida.
No lo intentes,
no intentes
verme poesía...
Apenas soy
un verso
intentando
acomodarse
en un poema.