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jueves, 14 de enero de 2016

Ave de cristal

"Ave de cristal"
No se acaba el mundo
Cuando un amor se va
No se acaba el mundo 
Y no se derrumbara
Si fue verdadero
Tras sus huellas volverá
Si no fue sincero
Otro lo reemplazara
No se acaba el mundo
Cuando un amor se va
No se acaba el mundo
Y no se derrumbara
No hay lluvia en el alma
Que no acabe con un sol
Y se limpia el cielo
cuando deja de llover
De llover
Y es el corazón
Como un ave de cristal
Que es tan frágil de romper
Tan difícil de entender
Y es el corazón
Como el destino mas cruel
Muy difícil de torcer
Y tan fácil de perder
Es el amor
es el amor
Gonzalo Hermosa Gonzalez



"Ave de cristal"No se acaba el mundo Cuando un amor se va No se acaba el mundo Y no se derrumbara Si fue verdadero...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on lunes, 11 de enero de 2016

viernes, 22 de enero de 2016

Entre canciones

                                     Imagen de internet: https://i.ytimg.com/vi/k5qk8aKsgFk/hqdefault.jpg

Cayeron los naipes sobre el estrado de la vida
   y mostraron los recursos secretos
      que afilan la punta del destino
         desde la fragua ardiente de la pasión.

Piel de flor
   lozana de alegría y plenitud
       ¡tiemblas!
Bajo la fuerza tierna del abrazo.

Mientras/
    la tarde reparte
      brotes perfumados de amor...

Tarde santa de esperanzas
donde los anhelos alcanzan sus cumbres
   en los pasos del sueño.

Volvemos a sentir la luz
   sobre el campo de la mirada.
Ya ha decrecido la tormenta oscura del dolor.

Canción de hojas.
Canción de ceibos florecidos.
Canción de silencios sobre el espejo del lago.
Canción de penumbras y brasas de sol entre el follaje
   y en el comienzo de la noche nos miran
los ojos sorprendidos de la Luna.

Urdimbre de seda tus caricias
   volcadas en el cántaro fresco
      del placer y de la dicha.

...y detener el tiempo quiere
   el anhelo torrentoso de vivir.
Detener el pulso del reloj quiere
   la cima de la dicha y de la calma
allí donde enseñamos la lección /
aquella que prohíbe
   prohibir el amor.

lunes, 5 de marzo de 2018

Silencio de las palabras

Mejor así,
de que valen
si no hay oídos...
No hay sentidos...
y alguna reacción...
El cansancio perturba.

...si todo nace en el silencio.
Todo muere en el silencio.

Se me acabaron las palabras...
¿O será quizás
que huelgan 
en silentes decires?...
Tráfico lento 
y estresante,
se amontonan
sin acometer...
Traba de la armonía inexistente.

No importa.

Que vuelva el silencio.
Que se aquieten las aguas.
Que las turbiedades 
se conviertan en roca 
en el fondo del cauce.

...y he aqui 
que fluye 
el lago cristalino
espejo del fondo
reflejo de cielo.

He aqui
que veo 
a los valles abajo
rincones del fondo.
Y más allá del celaje,
el cielo azul y profundo,
nuevamente,
el renovado 
brillo del sol...
En el bullicioso
silencio...

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

lunes, 31 de octubre de 2016

Recostado en tu cuerpo

¿Sabes?... Lo sabes. Que no siempre se trata de andar el camino, ni seguir una huella ni de trotes ni galopes... Que no se trata de mirar hacia algún lugar que detecte horizontes, ni en ton anhelante develar estrellas entre densas tinieblas... Y eso lo sabes cuando vengo hacia ti, a recostarme en tu cuerpo, lejos del sendero a tus pies, mientras los mios se refrescan en el arroyo que pasa... que pasa como la vida jadeando rumores en crecidas y bajas en olas y espumas diluida allá en horizontes de mar... Mientras tu cabellera obsequia de oportunas caricias a esta frente cansada marcada de auras azules... mueves, alentadas de brisas tus formas de verde sideral... Allí veo el relumbre del sol, donde en otros momentos en el mismo lugar he visto alienantes negruras... No se trata siempre de andar, vivir también es vibrar en la emoción de sentir, en un bello instante gozar... Es momento de paz, este en que salí del camino y cerré mis ojos bajo tu sombra y verdor... Ahora despejo la bruma en cósmico silencio... recupero mi corazón en tizón encendido, y bebo la luz copiosa en tu dulce caudal de sauce de sed y fervor.


Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 24 de mayo de 2014

Ascendiendo el alba hacia un nuevo día

La poesía de Elvio Romero


COLOR DEL ALBA
Elvio Romero


Para el hombre que trabaja
y en los montes deja el jugo,
se enciende un alba de yugo,
cuchillo, caña y baraja.

Decoración de las parras,
campos, casas y viñedos,
sol y música en los dedos,
el alba de las guitarras.

Si es muda ceniza, cobre
que no brilla ni resuena,
triste, vendida y ajena,
es alba de gente pobre.

Fulgor de un hacha violenta
que al pueblo arroja de bruces,
sembrando el suelo de cruces,
¡alba de sangre y de afrenta!

Revienta salvas de vinos,
de horror en su laberinto,
puñal sangrante en el cinto
si es un alba de asesinos.

Herrumbrando los llaveros
sobre los hombres dormidos,
frior de rifles tendidos,
¡alba de los carceleros!

Capitán de resplandores
que echa flores y claveles,
vino puro en los manteles
¡el alba de los cantores!

Alba destilada en rachas
de perfumados jazmines,
alba de amorosas crines:
¡el alba de las muchachas!

Y hay hombres que entre los dientes
llevan albas de emociones,
albas de hermosas canciones,
¡albas de los combatientes!




miércoles, 14 de diciembre de 2016

De sueños

Caminito de sol
por un bosque de sueños,
bajo furtivas sombras
donde lloran sus hojas.

Y en mi ensueño andaban sus pasos.
Rozaban una senda de luz,
del corazón la alborada.

Andar y andar
en la proa  de la brisa, 
cabalgando en sus besos
de risa y de flor...

Entre una rama
de tu luz asidua
un verso de amor
asomaba.

Vertida fue tu voz
en sus verdes susurros.
Donde un pensamiento jugaba
en el tobogán infinito del tiempo...
donde la añoranza arrojaba
inmune
sus hojas de otoño .

El corazón verdecia aún
de mustias esperanzas...
y eran sus alas
una gaviota fresca
delante, de las velas del viento.

Vuelvo a tu senda
en mis palabras y versos,
En mis pensamientos que agitan nostalgias.
Reminiscencias y dulzor en mi boca...
Y en mi pecho tu rondas 
en fragancia de fresias,
aquellas que cubren
hasta los santos campos
allí donde voy.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 11 de febrero de 2016

No lo intentes

Mírame si quieres,
pero de lejos,
sin que el sueño
salte de tu pecho.
No pretendas ver conmigo
la comedia del mundo
ni envanecernos en los idilios
de cascabeles dormidos.
No me busques en los cielos
aunque yo pudiera
hacerte ver estrellas,
soñar constelaciones.
Soy como un cometa
de raro rumbo                        
escabulléndose del sol.
Una estrella fugaz
perdida
en el cúlmine instante.
No siempre,
de observarla
puedes entender,
la elipsis
navegando
en los confines.
Ya ni siquiera
mis pasos
se sujetan
a las huellas.
No hay ósmosis
de ternura,
que sujete,
a las paredes
encallecidas
del alma.
Dueña es
mi libertad
de su propia muerte
y de su propia vida.
No lo intentes,
no intentes
verme poesía...
Apenas soy
un verso
intentando
acomodarse
en un poema.

domingo, 20 de agosto de 2023

Una vez más

Altiva y despejada transita la luna sobre los andantes, transidos y errantes. En la maleta del corazón la sangre cansada pulsa vaivenes, tras los zollozos contenidos. La sal de las lágrimas, seca y agrieta los surcos del tiempo. Una vez más el pecho descocido, abierto al sol, tras un nuevo amanecer. Aurora de esperanzas, acaso, florecen los días donde bulle la lumbre que mira al ser, despojado y silente. Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 21 de abril de 2017

Nuevas estrellas


Por fin
   detuve un momento
      mi traviesa locura de niño.

Tras un golpe contra el horizonte, pude bajar
del caballo desbocado
   que espolearon mis sueños.

Volví entonces mis ojos
   de esas llanuras sedientas...
aquellas que insuflan
   anhelos ardientes en el corazón/
¡Candor del pecho/
   buscador de montañas imposibles!

Volví mis pasos.
    ¿Se rindieron acaso?...
Se aquietaron
   para envejecer aún más
      su cansada esperanza.

A mi espalda
   vi un mar gris    opaco/    brumoso...
¡Tantos ojos marchitos!

Vi a la pasión anhelante.
¡Ella era/    es/
   el combustible del sol
      quemando las alas de la vida!

Regresé del camino de la ilusión
tras la cortina lluviosa de las lágrimas.
Caminé    sobre continentes antiguos
   de sueños perdidos.

Amarrado en sus puertos
   había barcos en cenizas humeantes.
Dejé en cada altar de sus mástiles
   la bendición de un suspiro
      y en el último
la rendición de mi espada.

Monté otra vez
   con humildades nuevas
con tristeza dura/
con rumbo incierto/

El trote es leve.
Un río de manso fluir
   sin medida del tiempo.

Sobre mi frente
   caen sin cesar
      (del oscuro arpegio de la noche)
guiños amables
   de mis nuevas estrellas.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas