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lunes, 20 de febrero de 2017

Nde juru mbyte

Nde juru mbyte (En medio de tu boca)

Tu boca es dulce como es tan dulce la uva madura
no la comparo por su dulzura ni con la miel
dentro de mi alma tú derramaste su gota pura
y desde entonces con desvaríos yo me quedé.

Para mi angustia comprendo ahora que aquella noche
de luna hermosa, en una fiesta te conocí,
porque al amarte con ansias locas, hasta en mis sueños
como despierto, deseo tu boca con frenesí.

Tu roja boca tan semejante a flor de rosa
mi sed ardiente con su rocío suelo apagar
y me revive con su perfume de mi congoja
porque de nuevo en esta vida pueda gozar.

Que todo el mundo hable y murmure, esto lo digo:
mi vida entera he de perderla detrás de ti,
hasta el infierno me queme el alma lo he decidido,
la miel gloriosa que hay en tu boca por conseguir.

Hallé en tu boca el dulce nido de mis amores
del cual yo llevo sobre mis labios la fresca miel
dichoso el hombre que por fortuna pueda libarla
o en cambio siento que nunca pueda ser para mí.

Y al ser llevado por mi destino hacia otras luces
también yo llevo dentro de mi alma de su sabor
y en mi frente con tu fragancia se han hecho cruces
aunque me olvide ya para siempre tu corazón.

Versión en español de Héctor Isaac.
Letra original, autor: Emiliano R. Fernández
Música: Mauricio Cardozo Ocampo

EN GUARANI:

Nde juru mbyte (En medio de tu boca)

Nde juru mbyte parral ajúicha he?ê asýva
ma?erâ voípa ni ku eiretére ñambojoja
hykueremínte che korasôme remondykýva
ha upe guivénte âkâvaípe kóicha apyta.

Che angaiparânte nipo ra?e ako pyharépe
jerokyhápe ñasaindymíme jajesape
aikohaguâma upe guivénte opa che képe
che paypeguáicha nde jurumínte ajerure.

Nde juru mbyte rosa potýpente ojoguaitéva
iñakynguépe omboguepáva yuhéi asy
ha hyakuâmíme che mba?asýgui che moingovéva
aiko haguâ ko mundo porâme avy?a jevy.

Toime oñe?êva, toime ipochýva: che ko ha?éma
nde rakykuéri añehundíta kuñataî
aña retâme achyryrýne che akâme oikéma
chéko amuñáta he?ê mbochýva nde jurumi.

Nde juru mbyte che mborayhúme ohaitypóva
kóina araháta ko che rembére ijeírakue
ovy?aiténe hese okambúva ambue yvypóra
la ambyasymíva nachemba?éita araka?eve.

Ha ahakuévo ku mombyrýma che rekoháre
kóina araháta che angapýpe he?ênguemi
ne ryakuângue katu ikurusúta ko che syváre
jepéro nde nderesaráimane chehegui.

Letra: Emiliano R. Fernández
Música: Mauricio Cardozo Ocampo

lunes, 1 de mayo de 2017

Extravío

Husmeo en la historia.
Humanidad       Vientos perdidos.
El cortejo real de la miseria.
La mutilación de la carne y del espíritu.

El Hombre es rey extraviado de su reino.

Musas de los tiempos colgadas en el aire
    tirada de conceptos y de formas sin sustancia.
¡Tan baja su estatura
    que jamás alcanzarían a las estrellas!...
¡Los hombres caen
    al mar de su arrogancia!

Un poco más de construír
    es la oración del justo.
Romper/    es la consigna
    en aras de fetiches y blasones
        de corruptelas y patriotelas.

Fieles a la idiotez
    sucumben en las rompientes
        los astros del polvo.

No recuerda el Hombre
cuándo ha nacido su estúpida razón
    de alzar la espada/
de levantar la frente dañina y altanera.

La libertad se arrastra enredada de pañales.
Cautivo el Hombre en su prisión.
Su más grande prisión/
Su propia mente.
El aposento más útil a sus cadenas.

Desde su ego crea fronteras para sí/
Para su ego.
Luego
en su limitación 
llora frustrado
...y perdido.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 31 de octubre de 2017

Misil de sombra

Misil de sombras

Luz inmóvil
   puliéndose en las hojas.
Luz inmóvil/
donde se adentra mi cuerpo
   hecho un violento misil de sombras.

Se encadena en mi corazón
   en la fragua del sentimiento/
y para siempre
cierro mi boca en el silencio.

Asperamente me abraza
   este arco verde.
¡Tallo vivo que se tensa!
   vaciando en los confines
      aljabas de pasión.

Luz inmóvil/
Espectral/
...¡Desorbitados cielos!
¡Atónitos cielos
   de incierta veracidad de la verdad!

Y esta luz inquieta me baña estupefacta...
¡Inquieren de mi
   sus ojos sinusoides
en su cuerpo intangible!

¿Dónde aprendiste
   a andar sobre las aguas?
Me pregunta.
¿Cómo fueron piedras los pantanos
   bajo tus pies?

Frente a tus propios ojos
   (respondí)...
anduvieron colibríes
   danzando sobre camalotes.

¿Cuál es tu pregunta al fin
   luz universal
que atraviesas el orden
   de eternos errabundos?

¡Luz inamovible!...
   que te pules en las hojas.
Luz inmóvil
   donde se adentra mi cuerpo
mi alma...
hecho un violento misil
   sólo de sombras.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

http://remerofantasmal.blogspot.com.ar/

viernes, 19 de febrero de 2016

Vencida

Descubro, me cuentan, que desde algún rincón me mira me observa, como a estatua, que a veces parece viviente... que ella, ignota de mi, traza rasgos de este desconocido... y que, a su voluntad resbala formas y luces con el grafito. Me sorprendo me intriga... ¿Quién... y qué habrá de bocetar de tan yerto ser pétreo cristalizado de sueños inconclusos? Me sorprende me divierte tanta audacia ¡tanto riesgo! treparse a un monte calamitoso de sangre y espíritu. Tanto riesgo de asumirme en su tiempo que dorado pudiera ser y acaso no... Respeto su secreto que yo sé y no sé, y la dejo como a causas y perdidos azares, dijera Silvio... Pero yo la olvido y no, la abandono de recuerdo y no, como a esos pétalos que dibujaron con color a la vida, la que fue y la que va, sonriendo en el aire sus piruetas, para perderse entre hojarascas vencidas, dijera yo... El café está silencioso en su murmullo y no sé si está ella lanzando trazos... Como en ese desconocer desde horizonte a horizonte que se pierde en cada luz en cada ser. La dejo que sea como sea y me olvido, aunque me he preguntado... ¿Qué luz le habrá puesto a mis ojos adormecidos? ¿Cómo habrá pintado las batallas en mis brazos? ¿Cómo habrá hecho avanzar, mi frente hacia mis sueños acaso los suyos en el alma, desde el alma, vencida? Autor: Juan Carlos Luis Rojas



"Vencida"Descubro,me cuentan,que desde algún rincónme miran me observan,como a estatuaque a veces parece...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on viernes, 19 de febrero de 2016

domingo, 14 de agosto de 2016

Confín

¡Ay, del que observa
a la belleza,
aquella que siembra
su condición de ser
del derecho y del revés!

Es belleza lo que derramas
desde la lumbre inquietante
de tus ojos...
¿Una visita de luz acaso
llegando al centro
de mi corazón en gozo?...

¡Tu belleza no amenaza!...
Directamente
atraviesa mi ser
con su propio paraíso
germinando en mi desierto...
Es así0
el manantial que bebo...
de tus lejanías
que me cercan, 
y acercan
en la ventura del latir...
del batir de estas ondas
que me llegan
en suspiros de alas
desde tu boca pequeña
agrandándose en el beso...
desde tu piel
perfumando la mía
en ósmosis cálida y etérea
que envuelve a mi pensamiento
desde todas tus bahías y confines,
sustentado de ternuras.

Tu ceño
liso de impiedades
se apoyan en mi frente
en preludio grato,
pasional,
del beso inexorable...
Y mientras, ¡cantan!...
cantan las formas,
la curvas que danzan,
en el fuego
del sueño
del amor
sin distancia
ni de cielos
ni de mares...
Sin confín de lo posible.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 14 de abril de 2016

Río Paraná, despierta poesía

Viejo Paraná
Antiguo arriero de peces, dorado río,
por tu camino de siglos bajando vas,
desde donde su farol enciende la luna
hasta las islas frutales del litoral.
Sus soles tus lomos queman en el estío,
barrancas, islas y playas te ven pasar,
arriba lames las garras de ariscos pumas
abajo reflejas luces de la ciudad.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná.
Asoman en tus riberas como otros días
las bellas formas trigueñas del guaraní,
pero revive en el alma de los isleños
la raza vieja que otrora reinara allí.
Quien fuera, me dijo un día mirando el río,
como las aguas tranquilas del Paraná,
que no conservan las huellas de los navíos,
y así las penas del alma poder borrar.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná
(Polca canción)
Letra y Música: Edgar Romero Maciel - Albérico Mansilla














"Agua y sol del Paraná"

Por el rio Paraná,
aguas arriba navego.
El sol quema como fuego
en la siesta litoral.

Bordeando el camalotal:
pacu, surubí dorado
van navegando a mi lado
por el rio Paraná.

La canoa lenta va
hiriendo el pecho del río,
sauce triste, ceibo mío,
en sus orillas está.

Azul el jacarandá,
aromó sus ramas de oro,
derramando su tesoro,
sobre el río que se va.

El agua me ha de llevar;
nadie sabe hasta que puerto;
hay solo un destino cierto:
la pampa amarga del mar.

Viejo río Paraná:
aguas marrones y bravas
y en lo alto crestonadas
no terminan de silbar

Tristeza me da el ceibal,
sangrando sobre el verano:
si parecemos hermanos,
en el modo de llorar

Ya mi canción se me va,
aguas abajo del río,
mientras sigo mi destino
remontando el Paraná.

Rio arriba, rio va
contra la oscura corriente
agua y sol sobre mi frente
agua y sol del Paraná.

Letra: Miguel A. Brascó
Música: Ariel Ramírez








El jangadero

Río abajo voy llevando la jangada,
río abajo por el alto Paraná.
Es el peso de la sombra derrumbada,
que buscando el horizonte bajará.

Río abajo, río abajo, río abajo:
a flor de agua voy sangrando esta canción.
En el sueño de la vida y el trabajo
se me vuelve camalote el corazón

Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
con el anhelo del agua que se va.

Padre río, tus escamas de oro vivo
son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la sangre con el agua se me va

Banda, banda; sol y luna; cielo y agua:
espejismo que no acaba de pasar.
Piel de barro, fabulosa lampalagua:
me devora la pasión de navegar.

Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
conn el anhelo del agua que se va.

Letra: Jaime Dávalos
Música: Eduardo Falú








"El Paraná en una zamba"

Brazo de la luna que, bajo el sol,
el cielo y el agua rejuntará.
Hijo de las cumbres y de las selvas,
que extenso y dulce recibe el mar.

Sangra en tus riberas el ceibo en flor
y la pampa verde llega a beber
en tu cuerpo lacio, donde el verano
despeña toros de barro y miel.

Mojan las guitarras tu corazón,
que por los trigales ondulará.
Traen desde el Norte frutal la zamba
y a tus orillas la dejarán,
para que su voz, enamorada de la luz carnal,
arome tus mujeres, Paraná.

En campos de lino recobrarás
el cielo que buscas en la extensión.
Padre de las frutas y las maderas:
florece en deltas tu corazón.

Verde en el origen recorrerás,
turbio de trabajo la noche azul
y desde la luna, como un camino,
vendrá tu brillo quebrando luz.

Letra: Jaime Dávalos
Música: Ariel Ramirez

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Río Paraná

Río Paraná:
Tu brisa fresca respirando yo estoy.
Y canto al verte, tal vez por suerte,
cruzando el puente Brazo Largo
Y al ver tus costas verdes
en un sin fin perderse,
sentir estoy deseando lo que
sienten tantos,
que tus márgenes habitan.
Cantaba al remar, en su canoa a
ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río querido.
Cantaba al remar,
en su canoa a ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río Argentino.
Río Paraná.

De Ricado Iorio y Flavio Cianciarulo








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Brumas

El río me dirá si aún existe
con su voz de cristal entre las flores
él me ha visto en sus aguas endiosadas
y ha borrado de mi piel la oscuridad.

Tan lejos estoy de estos
paisajes tan lejos de su amor y su bondad
que parece que es delirio mi deseo
de borrar esta niebla de orfandad.

Y volver de nuevo a aquellos días
a mi río, a mi selva montaraz,
caminar de nuevo entre las flores
en las costas del bravío Paraná.

Jorge Cafrune








Noches isleñas


Noche, ¡oh noche de luna bella!,            
poblada por mil estrellas baña las aguas del Paraná.                                                          
Noche, ¡oh noche de dulce ensueño!,
que sos para el triste isleño fiel compañero en su soledad.                                                        

Noche, ¡oh noche que al alma hechiza!,        
tu suave rumor de brisa tiene frescura  de manantial.                        
Se eleva hacia el infinito un canto agreste y sentido:  
un canto que ha florecido  entre ceibos, sauces y flor de azahar.

     Brilla el Paraná bajo su fulgor.
     Noche de cristal; noche de ilusión.
     Aguas que se van para no volver,
     llevan con su andar mi hondo padecer.

Noche, ¡oh noche de luz y calma!
haz que ilumine mi alma la claridad de tu resplandor.
Noche, ¡oh noche de tenue encanto!,
no dejes que sea llanto lo que me impida ver tu esplendor.

Noche, ¡oh noche, que ya te alejas!,
escucha la triste  queja, la voz doliente de mi ansiedad.
No dejes que se malogre el fruto de tanto empeño.
No olvides al pobre isleño que sufre y canta en el Paraná.

     Brilla el Paraná bajo su fulgor.
     Noche de cristal; noche de ilusión.
     Aguas que se van para no volver,
     llevan con su andar mi hondo padecer.

¡Noches. Noches isleñas!

Letra y Música: Pedro Sánchez






Acuarela del río

       
Un canilla poí una balsa,        (Poí , del guaraní, flaco, fino)
una guaina, una flor en el río, (Guaina, chica, muchacha)
un paisaje de cielo
reflejan las aguas del gran Paraná.
Más allá, un camalote va flotando
hacia la orilla que arbolada de sauces
Nos invita a soñar...

Acuarela del río que pintas de luces
mi dulce romance.
En el mundo no hay marco más divino
y bello para nuestro amor, son su sol,
Con sus fúlgidos matices
con su brisa perfumada
en mágico arrebol
de un lento atardecer...

A la deriva el bote va
con mi amada por el río.
Meciéndonos con su vaivén
que acompasa nuestro amor.
Y apoyada en mi hombro
me musita al oído
mientras beso sus manos
completan mi dicha
aromas de azahar.

Acuarela del río (Litoraleña)
Letra y Música: Abel Montes
   







martes, 2 de agosto de 2016

Altar de la pasión

¡Dulce! ¡Lánguida en ofrenda! es tu espera de alma entera abierta y despejada... Abierta de ternuras de tus sueños contenida... Despejada de temores en los brazos del amor. Lazos que llamas, llamas de anhelos, que amas con el fuego, el ardor en el sosiego sofrenado en las caricias... en la primera mirada, cómplice, profunda, tierna, junto al esperado beso que ferviente de caricias va conjugándose en los nudos que enlazan nuestro abrazo, de labios contra labios en la boca ensimismada... De piel contra piel, donde néctares rezuman en fragancias y mieles... ¡Desbocándose en susurros y jadeos! y con los ojos puros, arrinconándote, amarrándote en dulzura... Acaso sueña tu frente limpia un festival de jardines a nuestros pasos lentos, mano sobre mano firmes aferradas hacia el confín de nuestro andar maduradas al sabor de lo feliz. Y te brindas con las gráciles curvas de tu cuerpo de tus senos adelantándose a mi piel donde laten en profundas vibraciones exultantes y abisales cuando es sembrada una vez más, con goces, los goces, en ese altar de la pasión.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

lunes, 31 de octubre de 2016

Recostado en tu cuerpo

¿Sabes?... Lo sabes. Que no siempre se trata de andar el camino, ni seguir una huella ni de trotes ni galopes... Que no se trata de mirar hacia algún lugar que detecte horizontes, ni en ton anhelante develar estrellas entre densas tinieblas... Y eso lo sabes cuando vengo hacia ti, a recostarme en tu cuerpo, lejos del sendero a tus pies, mientras los mios se refrescan en el arroyo que pasa... que pasa como la vida jadeando rumores en crecidas y bajas en olas y espumas diluida allá en horizontes de mar... Mientras tu cabellera obsequia de oportunas caricias a esta frente cansada marcada de auras azules... mueves, alentadas de brisas tus formas de verde sideral... Allí veo el relumbre del sol, donde en otros momentos en el mismo lugar he visto alienantes negruras... No se trata siempre de andar, vivir también es vibrar en la emoción de sentir, en un bello instante gozar... Es momento de paz, este en que salí del camino y cerré mis ojos bajo tu sombra y verdor... Ahora despejo la bruma en cósmico silencio... recupero mi corazón en tizón encendido, y bebo la luz copiosa en tu dulce caudal de sauce de sed y fervor.


Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 26 de octubre de 2018

Soledades

Transito este congelado desierto que encadenan las centurias
donde a veces    /solo a veces/
    salta el chisporroteo de la luz intensa del alma
        /del líder que crucifican/
            ...que enmaderan/
    las siempre arrepentidas edades del barro.

Y portero de nubes soy...
Estas nubes que confluyen
    en el espacio de mis sombras.
Estas sombras que dibujan al hombre
    en su andar de esqueleto petrificado...
Esqueleto que cae al leve roce
    de esa hoja de otoño que sesga impávida
        la nevada sien de mi canción.

A pesar de la memoria canto/
    porque bebo el agua dulce de tus ojos/
Tus ojos que encarnan
    el fotón energizado de mis sueños/
        mi esperanza.

Es por eso que vivo.
Es por eso que anhelo tus manos
    para barrer de luz con tu amor/
        estos horizontes oscuros.

Navego este río abrazado a tu cintura/
y me haces ver/
los peñascos alados de verde
    en aquella ribera.
Litoraleña herencia me deja fluir
    manso o bravío    en este torrente.

¡Es a luz lenta que se construye la noche!
    en esta carpa rudimentaria/    convaleciente templo/
anegado santuario de esta colectiva conciencia
    desatinada y torpe del mundo.

¿Aguerrido me ves?
    ...comprende que es por tu corazón
        que es fuerte el mío/
...y si hay gloria en mi frente
    fue de tus manos
        que ha brotado el laurel.

¡Oh , cuánto ganaría el mundo
    si le hiciéramos perder
        sus profundas soledades!
Dame tus brazos entonces
    para marchar
        entre esta confusa contienda/
   y en este celo y deseo
        otros tal vez
            se unirán.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

https://todo-es-uno.blogspot.com/search?q=soledad

viernes, 21 de abril de 2017

Nuevas estrellas


Por fin
   detuve un momento
      mi traviesa locura de niño.

Tras un golpe contra el horizonte, pude bajar
del caballo desbocado
   que espolearon mis sueños.

Volví entonces mis ojos
   de esas llanuras sedientas...
aquellas que insuflan
   anhelos ardientes en el corazón/
¡Candor del pecho/
   buscador de montañas imposibles!

Volví mis pasos.
    ¿Se rindieron acaso?...
Se aquietaron
   para envejecer aún más
      su cansada esperanza.

A mi espalda
   vi un mar gris    opaco/    brumoso...
¡Tantos ojos marchitos!

Vi a la pasión anhelante.
¡Ella era/    es/
   el combustible del sol
      quemando las alas de la vida!

Regresé del camino de la ilusión
tras la cortina lluviosa de las lágrimas.
Caminé    sobre continentes antiguos
   de sueños perdidos.

Amarrado en sus puertos
   había barcos en cenizas humeantes.
Dejé en cada altar de sus mástiles
   la bendición de un suspiro
      y en el último
la rendición de mi espada.

Monté otra vez
   con humildades nuevas
con tristeza dura/
con rumbo incierto/

El trote es leve.
Un río de manso fluir
   sin medida del tiempo.

Sobre mi frente
   caen sin cesar
      (del oscuro arpegio de la noche)
guiños amables
   de mis nuevas estrellas.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas