google-site-verification: google46388f1eb819cd28.html Todo es uno: Resultados de la búsqueda de pensamiento
Mostrando las entradas para la consulta pensamiento ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta pensamiento ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

viernes, 23 de diciembre de 2022

Felices fiestas

Detenido el tráfico de las palabras... 
Sólo el discernimiento de cada uno, en la emoción de este, "pensarles"... en la, cada interacción con ustedes... 
 Sólo desearles muchísima felicidad y alegría en cada uno de vuestros deseos y proyectos, en la medida que se vayan proyectando en estos días hacia el año próximo. 
 ...y se trata de pensar antes... antes que el sol se ponga, antes que lleguen las horas del final, un fin de año donde reflexionar... 
Pensar antes, para no herir, para no lastimar con nuestras palabras y actitudes, porque a veces costará pedir disculpas... por el excesivo orgullo, por la falta de humildad... 
 Pienso, que muchas veces se nos escapa que la vida es una continuidad, de sumatorias y sustracciones; que ello dependerá de cada uno de nosotros; de cómo enfocamos... 

 No es por arte de magia. No es por nuestros deseos, sino por nuestras acciones, que sumamos o restamos.

 Año nuevo es, simplemente, un esquema convencional, sirva acaso para reflexionar, y luego afirmar o corregir rumbos internos y externos, donde, (¡a no equivocarse!) valdrá más la fuerza de nuestro cambio interior por sobre lo exterior, sin excluirlo. 
Digo, sobre nuestro pensamiento: que importante es poseer el presente, pero sin olvidar la enseñanza del pasado y la orientación positiva hacia el futuro. 
Sobre la concreción de los hechos: no solo ver que las cosas pasan, sino, hacer que las cosas sucedan... 

 Juan Carlos Luis Rojas

                                                     Imagen de Myléne en Pixabay 

martes, 21 de marzo de 2017

Poesía

¿Qué es poesía al fin?...
Es belleza que se yergue esplendorosa
   a pesar del mundo abyecto.
Es nutriente que dinamiza y fortalece
    los hilos de fonemas y semánticas.
Puede lubricar la voz del alma.
...¡Es la misma voz del ser!

Es lanzadera e hilámen a la vez
    en la trama del humano que se digna construir
        el abrigo del espíritu.
...¡Es el espíritu mismo!

Poesía.
Un roble enhiesto en la llanura temblorosa
    después del seco golpe del rayo fulminante.

Su morfología no es
    lo que enciende la luz del vocablo/
Ladrillos son
de sufrido color
ensayando alas y espacios
    de cénit desconocido/
Pero son las manos del poeta
    las que cuelgan
estrellas rutilantes.
Y así se elevan sus pies/
    en andamiajes/
de acero cualitativo...
para cepillar en altitud
    el adusto ceño
        de la madera sufriente/
para pulir el canto rodado desde el confín/
o para realzar la flor
    en la fragancia expresiva del vocablo.

¿Qué es la poesía al fin?...

Sus notas son imágenes
    de realidades mayores/
multiplicidad sensorial
    elevandose en cada peldaño
        de pentagramas infinitos.

¿La ves?...
Poesía es aquello que está detrás/
del tejido que avanza lento/
hilada tras hilada/
...una línea
    y otra, y otra/
del pensamiento y del sentir...
Virtualidad motivante
    en arte revenido
        sobre los hombros del creador.

¡Oh, poesía!...
En este rincón
    donde renazco y te habito/
vergel transmutado eres/
de vírgenes selvas/
humedad    de vapores perfumados/
esencias que energizan
    las lentas alas de mi espíritu.

¡Eh, tú!    ¿Oyes?...
Un río escondido
    que por lo bajo rumora...
El poeta lo espía
    bajo los sauces distendidos...

¡Y un verso más!    ¡Un verso más!
    que fecunda para siempre
        a la piedra adormilada.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 18 de septiembre de 2016

En un sin fin

Los álamos destilan su savia
cuando pasas...
cuando ante ellos,
entre el aire roza tu cuerpo...
Calidez rara de bronce es tu piel
que dibuja sus tiernos senderos
en estas tierras
donde alguien te canta lejano.
Verde lumbre
sonríen tus ojos
y me hieren dulcemente
si me atengo
a su clara faz
de lago transparente.
No sé que busca mi alma
cuando se adentra en la tuya...
No sé qué festiva visión
imaginan mis sueños..
Sólo te miro...
Como aletargando mis días,
mis horas,
mi muerte...
Y la poesía es quererte
que es lo mismo que soñar
que resulta tangible el vivir...
¿Será que me invades con tu ser
de ángel y demonio,
por decirlo así,
para este pensamiento
de bardo y romancero...
y es por eso
que pierdo la voz
que desorbita acaso
de mundos racionales?
Se que sentirás,
tantas veces,
a las alas del rocío
insufladas de azahares...
y querrás beberla
de una sola inspiración...
Cobrarás consciencia
que tus ojos hondos
estallan felices,
en el brillo misterioso
de esa oscuridad
donde sueñas...
Debes saberlo entonces,
que sólo es mi pecho
que te envuelve,
que te cubre
cual un raro universo
de anhelos fervientes
que en la fuente palpitante
se acrisola...
Tu boca pequeña
y voluptuosa
se abre,
deliciosa y susurrante
en el ávido beso...
¡Amalgama es!
de formas concurrentes,
de cóncavos y convexos
recurrentes
que hienden,
succionan,
transitan,
bajo las auras
de tu piel,
de la mía...
Sedientas,
suben
bajan
por montes
y manantiales
consumiendo
en un sin fin
los más caros deleites
abriéndose
a la libertad
de aire
de fuego
de pasión y simiente.

http://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=vivir

martes, 10 de octubre de 2017

Hacia el nuevo hogar

(De la serie: "El niño, el muro... y la libertad" Juan C. L. Rojas

   En esa mañana de sol a pleno, su mente tejía confusos colores. No los colores que la hermosa mañana avivaba en los rosales y en las dalias exuberantes del jardín; no los tonos, verde pastel, de irupés y camalotes flotando en la laguna, allí, detrás de la casa; tampoco los del bosque allá, en la otra orilla misteriosa de esas aguas calmas. No, no eran esos los colores que ahora lo inquietaban, sino los que se movían en el profundo interior de su alma.
Sentía un estado de conciencia a medias, donde el factor dominante era la duda, la incertidumbre.
   Quizás porque no veía otra opción, su única respuesta era la que involucraba huir del pasado, entrando sin renuencias a las circunstancias que iban apareciendo delante de él, o a pesar de que le fueran impuestas; y que esto resultara en tapar los recuerdos, insuficientes afectos…, introduciéndose de lleno en el miedo y el dolor.
   Tal vez era una forma de buscar puertas de salida a todo eso, o una puerta de entrada que lo llevara a satisfacer alguna carencia que ni él mismo, por ser niño, entendía bien de qué se trataba.
Ya había escuchado algún comentario,... decisiones con respecto a él, palabras dichas a su espalda. "Los adultos deciden sobre la vida de un niño", pensaba, "después de todo el abuelo es bueno, aunque no sabe ni escribir. El también fue abandonado y encontrado en los bosques del Paraguay, cuando era chico. Al final no conoció ni a sus padres, sólo a un hermano, ya después de viejo... Dicen que la guerra…"
   Mientras en su pensamiento todo se mezclaba, vio a su abuelo acercarse. Este respiró hondo sofrenando un suspiro. Palmeó cariñosamente el hombro del niño en un gesto poco acostumbrado…
   -Vas a ir con el doctor, mi’jo. Seguro que vas a aprender muchas cosas –le dijo con una sonrisa que pretendía ocultar algunas lágrimas, las que aparecían inevitables y aumentaban el brillo de sus ojos azules.
El abuelo, de buen carácter, de fácil sonrisa, de porte físico mediano, sumamente trabajador y con el concepto de la honestidad grabada a fuego en la sangre, no sabía ni leer ni escribir y era casi el único sostén de la familia, que se componía más de nietos que de sus propios hijos.
   El espacio de tierra que poseía estaba siempre cultivado con árboles frutales, verduras, e incluso tabaco, que luego de cosechar con su esposa, lo procesaban caseramente para venderlo en el Paraguay o en el vecindario de la isla.
Tenía aves de corral y algún ganado vacuno que carneaba de tanto en tanto, y leche para consumo familiar. Todo esto le demandaba actividad desde la madrugada; porque además era empleado estatal de salud pública del Chaco. El pequeño sueldo obtenido, cubría apenas los gastos hogareños que no lograba hacerlo con la producción casera.
   Conformaban una buena sociedad el abuelo y la abuela; él, correntino; ella, paraguaya. El, atendiendo no sólo lo de la casa, sino también la actividad externa; y ella ocupándose de todo lo doméstico, aferrada a una pipa siempre humeante, y un rebenque eternamente bajo sus brazos con el que domaba tanto a niños como a los animales.
   El origen de la conformación familiar y el asentamiento en una isla del Chaco argentino, habría que rastrearlo en los vericuetos políticos, intereses económicos de las grandes urbes (corrupciones incluidas) y las guerras asociadas. Todos sus hijos nacieron en el Paraguay, y la mudanza fue la resultante de inestabilidades políticas. Pero, de todo esto, no siempre le llegan a un niño los elementos de la comprensión de sus orígenes o la atenuación de las consecuencias de esos desarrollos y sus resultados.
   El niño no entiende que en la burbuja de su pasado cercano y su origen ya están incluidos los condimentos de su presente.

   La lancha saldría a las once de la mañana hacia Paso de la Patria. La preparación para el viaje era escasa; pocas y modestas pertenencias; sin embargo la sensación que percibía era la de una marcha definitiva, un viaje sin regreso.
A la hora de la despedida, los primos y hermanos rondaban cerca, silenciosos, sin más expresión que los ojos bien abiertos clavados en él.
Miró por última vez hacia "el bajo", allí donde el río al crecer, descargaba algo de su fluido formando una laguna. Dio un vistazo a todo el panorama desde donde estaba un aliso estaqueado, hundido horizontalmente a ras de la tierra, en el borde del patio posterior de la casa; ese tronco estaba colocado ahí para detener la erosión del terreno. Prolongó su mirada hasta el fondo, allá donde acostumbraba a cantar la garza mora, cuando aparecía en el bosque al amanecer, del otro lado de la laguna. Volvió su mirada y la detuvo brevemente en el pequeño puerto improvisado, al que muchas veces despejó de irupés y camalotes, para el trabajo de lavanderas, que le estaba asignado a sus primas y hermana. Volvió más atrás su vista, nuevamente dirigida al borde del patio, bajo el árbol de paraíso donde en ese momento dormía Rompe, el viejo perro de la casa. Mientras tanto, Díquel, el perrito con que jugaba a menudo, parecía saber de su partida; giraba y giraba a su alrededor, moviendo incansable su corta cola.
   -Che cunumí (mi muchacho), atá ese animal –dijo el abuelo a otro de sus nietos.
Al fin se despidió. Saliendo de la finca, caminó por el pasillo largo ubicado a la izquierda. Debido a la sombra de los árboles la tierra todavía conservaba la humedad del rocío. Mientras caminaba surgía en su mente un replanteo insistente de cosas y circunstancias que traía el recuerdo.
Los mamones altos a su derecha, sumamente quietos, prolijamente en línea, como formados para guardia de honor, parecían decirle adiós en silencio. Detrás de esa línea de árboles frutales aparecía el mandiocal, que empezaba a asomar joven sobre la huerta. A la izquierda, flanqueaba su camino un alambrado de púas tensado sobre postes viejos, de los que en una oportunidad, uno de ellos no resistió el peso de su travesura rompiéndose; así pagó entonces, con sangre de sus piernas, el pase a la casa del vecino.
   Cerró el portón prolijamente y ajustó el cierre del bolso; mientras lo hacía, observó la puerta abierta del almacén de al lado; surgieron entonces en su retina los trazos gráficos de la libreta de crédito y con ello la semblanza del abuelo, su escrupulosidad en pagar la deuda sin pasar ni un día más de lo acordado.
A los once años de edad no entendía cabalmente la dinámica del dinero, pero sí sabía cómo afectaba su carencia por las restricciones que imponía, hasta en las necesidades tan vitales como la alimentación; es más, sabía que era debido a estas restricciones, y no sólo a la búsqueda de futuro, que tenía que marcharse.
Si bien ignoraba los parámetros con que se movía el mundo de los adultos, sí llevaba incorporada en su conciencia las normas del cumplimiento y la honestidad tantas veces platicada por el abuelo en los momentos de la sobremesa, especialmente después de la cena.
   En esta despedida no podía definir si en su sentimiento había realmente tristeza o era que pesaba más la curiosidad, la posible alegría de lo nuevo. Sin embargo sentía los abrazos de la isla, los de sus sombras y sus luces, la humedad cercana de los ríos, sus frescores; los sentía como el adiós a lo amado.
Subió al terraplén, callejón pavimentado y sinuoso bordeado de eucaliptos que lo llevaba hacia el puerto. Ahora, una voz que difundía el aire conseguía aquietar sus pensamientos; era el murmullo del río traído por el viento y también el sonido de las ramas de los árboles azotándose en sus copas. Caían las hojas y él se veía como una hoja más, ahora dejada al viento.
   Cuando bajó al muelle los tripulantes de la lancha estaban en los preparativos finales de carga; como casi siempre, había una mezcla de castellano y guaraní en el habla de la gente; eran generalmente conocidos entre sí y mezclaban cordialidad y bromas con la intensidad del trabajo.
   -¡Oh! Mba’éicha pa che ra’a (Como estás mi amigo). Vos sos el nieto de don Tabí, ¿no? -lo recibió cordialmente el lanchero.
   -Si, buen día, -contestó con algo de timidez.
-Así que te vas con el doctor Palowski… Me contó tu abuelo.
El lanchero hizo sonar sus palabras como apropiándose de cierto orgullo que suele darse cuando la humildad se une a la ignorancia; a veces, como una manifestación de solemnidad fetichista, dirigida hacia la formación profesional o a un determinado status social. Palowski es un apellido polaco, pero el doctor era alemán. Consiguió su nueva documentación con ayuda del Vaticano, cuando Alemania perdió la guerra. También obtuvo, con esa documentación y pasaporte, una orientación hacia qué países dirigirse; donde no fuera “molestado”.
-Sí –contestó parcamente el niño.
-Bueno, si querés, subí; acomodate donde puedas ch'amigo.
Subió con cuidado debido al balanceo de la lancha y se ubicó en el lateral de babor, para dejar libre el paso de carga por estribor, que era el lado por donde estaba amarrada la embarcación.

¿Son los recuerdos como ondas cósmicas del tiempo, circunstancias repitiéndose infinitamente? Así le parecía este momento; como un recuerdo convirtiéndose en concreta realidad presente.
Ahora, nuevamente se movía el mundo, su mundo infantil. Se movía con la lancha, con el muelle, con los árboles, y todo con el río. Como aquella vez, cuando vino a la isla en su primer regreso, cuando en esa oportunidad involucró también otra despedida, la de su padre. Sentía otra vez esta mezcla de recuerdo y realidad palpable. De nuevo vibró ese pequeño mundo solitario dentro de otro mundo mayor, desconocido e indiferente hacia él.

Ya todos a bordo y con el amarre liberado, la lancha se alejaba lentamente del muelle adentrándose en el río Paraguay, luego bajaría un corto tramo hacia el Paraná, que estaba allí nomás, a la vuelta del recodo de la isla. La turbiedad acentuaba el misterio del río que batía sus lenguas infinitas salpicando los rostros pensativos; también salpicaban los sueños, dentro de esas mentes casi adormecidas por el ruido del motor. Juancito miró hacia atrás; siempre le intrigó hacia dónde se dirigiría la extensión del río. ¿Qué hay río arriba?... Querría remontarlo alguna vez. ¿Es el deseo el embrión de un sueño? ¿Es el sueño un camino donde sólo hay que ponerse a andar? La luminosidad del espacio más abierto lo retrajo de sus pensamientos, cuando en ese punto de la navegación la desembocadura se abría ya casi tocando al río Paraná.
En dirección a proa no se veía la costa. Ahondó la mirada en el engañoso espacio infinito. En el horizonte sólo se veían algunas gaviotas. Volvió la vista hacia lo que dejaba atrás. Debajo de la popa el río espumaba blancura, la que contrastaba con los diferentes verdores de las costas (paraguaya y argentina) haciéndose más vivos gracias a el sol de la mañana.
-¿Querés un mate, Juancito? –le preguntó el lanchero, apartándole de su abstracción en el paisaje.
-No, muchas gracias don Arévalo –respondió, mientras modificaba su postura sobre un listón de la quilla, donde estaba apoyado.
Estaba ubicado cerca de la cabina y podía escuchar la conversación del lanchero y su ayudante.
-¡Cova co Gomecito ra’y! (¡Este es el hijo de Gomecito!) –continuó Arévalo, ahora dirigiéndose a su ayudante. Lo hizo con cierto tenor de respeto machista, a lo que se refería. Palas, el ayudante, no respondió.
-E jhendú pa jhina (¿Me estás escuchando?) –reclamó Arévalo, en tono burlón.
-A jhendú (Oigo), –respondió Salas, a desgano.
-Hijo’e tigre co cunumí (¡Es hijo de tigre este muchacho!) –enunció de nuevo Arévalo, con clara intención de zaherir a su compañero.
-¡Bah! ¡Maba pa tigre! (¡Bah, quién es tigre!) –dijo Palas, tratando de neutralizar la chanza infligida...
-¿Maba pa?... (¿Quien?...) Ja ja ja… Me dijeron, que con Gómez te salió mal lo de la rubia aquella.
-¡Bah! ¡No pasó nada! –se defendió Palas. Arévalo largó una risotada.
Como premisa inevitable, esta conversación llenó su mente de preguntas e inquietudes referidas a su padre. ¿Qué conocían de él estos hombres? ¿Cuáles fueron las andanzas de su padre por estos lugares? ¿Saldrá alguna vez de la cárcel? ¿Lo volvería a ver?
Ahora, la lancha entraba en el planchón más claro y amplio, al cruzar la línea divisoria que producen las corrientes y las diferentes turbiedades de las aguas. A la derecha del panorama de popa se desarrollaba la punta del continente paraguayo; esas barrancas también habrán de quedarse entre aquellas cosas que habrían de alimentar su curiosidad y se añadirían, a la sumatoria de inquietudes insatisfechas. Los monos carayaes estaban silenciosos en la silvestre vegetación; es en el ocaso cuando estos suelen alterar escandalosamente el silencio del lugar; sólo una canoa pequeña, tal vez pescadora, aparecía casi camuflada por el tupido follaje. A la izquierda todavía se notaba la isla en la prominencia de su cerro, el cual remataba su cresta con la fachada ambarina de la iglesia principal.
En este punto de la mirada, vino a su mente el recuerdo de aquellos preparativos inconclusos para el catecismo y los rituales religiosos que jamás pudo entender. Allí apareció en el recuerdo los juegos y travesuras, las andanzas en el bosque y en el río. "¿Volveré algún día a navegar sobre los troncos, los alisos traídos por la inundación?". Al volverse hacia babor, una estampa conocida pero casi fantasmal cortó sus pensamientos; desde el horizonte bajaba por el río una jangada; a lo lejos era sólo una tosca línea derivando sobre el agua. Encima de esa línea había una pequeña figura que parecía ser la de un hombre erguido y cerca de éste, la de otro hombre sentado. Aparentemente tomaban mate.
...Sí, eran hombres nomas, no fantasmas, los que navegaban sobre un tendal de maderas bañadas por el agua; pero a la distancia, el conjunto parecía un simple garabato dibujado en la página acuosa del horizonte. Bajaban a la velocidad lenta de la corriente sumada a la fuerza inercial del maderamen, el cual tenía un tamaño desproporcionado con relación a la cantidad de sus tripulantes.
De nuevo surgieron la inquietud y esas preguntas que se apilan en el arcón de los misterios que suele atesorar un niño. ¿Cómo es que a esa gigante acumulación de inerte vegetal, puede dominar y conducir un pequeño hombre cabalgando a la intemperie sobre la húmeda planchada de troncos?...
Pasó la jangada por atrás de la lancha; casi al filo de la distancia audible de un sapucai (grito); pasó con su respuesta de silencio. Golpeando con la instigación de la curiosidad a esa mirada de niño; mirada perdida ahora en la llanura blanca; perdida en el horizonte verde y en la opacidad de la distancia.
En el medio del río el motor de la embarcación con su ruido monótono jugaba a vencer los sentidos, sin embargo, muy tenue ahora, como esbozo de dibujante, empezaba a divisarse la otra costa, mientras la primera se perdía a lo lejos con la estela de la lancha.
Corrientes aparecía brillante bajo un día de sol al momento de la siesta provinciana de uno de sus pueblitos litoraleños, Paso de la Patria. El alemán, el doctor, con su uniforme de médico, estaba todo de blanco esperándolo ahí mismo en el muelle, parado a la media sombra de un techo de protección; tenía las manos detrás de la cintura y en su cabeza una gorra de tela floja que le caía sobre la frente y las orejas. Seguía inmóvil mientras amarraban la embarcación. El niño notaba sobre sí la mirada escudriñadora, persistente, sin más gesto que el silencio del alemán, que mostraba así, un atisbo de la actitud severa y militarizada con que era conocido; continuó así, aún hasta después de haber bajado el niño, y habérsele acercado.
-Buenas tardes, doctor –saludó entonces, Juancito.
-¡No, así no! -Reaccionó el alemán de manera áspera-. ¿A ver? ¡Párate bien!... Así, firme, e inclinas la cabeza… Ahora sí, buenas tardes.
Juancito obedecía mientras algunos pasajeros y tripulantes miraban sorprendidos, o risueños y en silencio, esa escena. –Le hizo repetir el saludo incluyendo todo el proceso formal.
Luego de esta primera lección caminaron callada y largamente hasta lo que sería su nuevo hogar. No podía evitar la tensión de ese silencio. El alemán caminaba a grandes zancadas delante de él, y su atuendo blanco, ahí, a un paso de distancia, irritaba sus ojos al reflejar la luz; el niño hacía descansar sus ojos dirigiéndolos hacia la gramilla amarillenta entre el polvo reseco del camino. A pesar de que el sol mostraba su fuerza desde arriba; en su optimismo de niño, Juancito lo sentía como un poderoso dios protector; optimismo al cual coadyuvaba la curiosidad sobre lo extraño del lugar, la conformación urbana, la ubicación más ordenada de las casas, las calles bien definidas, los autos, y otro tipo de gente.
En realidad quedaba sólo a unas cuadras el lugar a donde se dirigían, pero la incomodidad psíquica inducía en los sentidos la exagerada extensión del andar.
A la izquierda se podía ver algunos "lamparones" del río en los claros que se formaban entre árboles y edificaciones lindantes con la costa. Todo estaba calmo, no había viento y no se oían las olas rompiendo contra la barranca. El itinerario de la caminata la mantuvieron a una cuadra de distancia del río, y respecto del mismo, también esa era la ubicación de la casa del alemán.
Juancito comprendió que llegaban, cuando el alemán cruzó un puentecito sobre la cuneta, el cual daba frente a un portón de hierro y alambre tejido, justo en la mitad de la parcela amurallada. Esta encerraba huertas, árboles, chiquero, gallinero, jardines y dos casas; una en cada extremo del terreno.
El portón rechinó con estrépito al abrirse, pero no llamó la atención de una mujer que en ese momento regaba las plantas. Esta siguió en su labor mostrando total indiferencia a los recién llegados. Parecía malhumorada.
-¡Señora Antonia! –dijo en tono amonestador el alemán al acercarse. Sólo entonces, ella levantó la vista hacia él y dirigió una mirada de soslayo, casi reticente, al niño.
Esta escena dejó abierto en su entendimiento un panorama de curiosa incertidumbre que le producía un incómodo escozor, pero ahora, sin otra vía de salida, este era su nuevo hogar, y debería aceptarlo, aunque lo sintiera como una nueva imposición; un mandato que no podía, o no sabía cómo evitar.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 7 de marzo de 2015

Fanatismos

Todos los fanatismos, tienen extremidades de afiladas garras, conllevan peligros de diferentes especies... Fundamentalismos, dogmas; esquemas acérrimos e irreductibles... Sea en la política, las ideologías, lo religioso, aún hasta en lo deportivo...
Es el no reconocimiento de cierta relatividad de las cosas; la incapacidad de la empatía.
En especial, por estos días, los fundamentalismos con excusas o argumentaciones religiosas, y otras imbecilidades.
Los fanatismos suelen erigir sistemas dictatoriales, y a causa de estas formas bajas y oscuras del pensamiento, la historia humana tiene en su haber, grandes calamidades y crueldades incomprensibles para el razonamiento basado en el amor.
La educación correcta, no sólo intelectual, sino también espiritual... No sólo el conocimiento en sí mismo, sino la sabiduría, la aplicación inteligente y sabia de él, ayudaría a corregir el drama de las intolerancias fanáticas que arrastra la condición humana. Sólo si estamos atentos e interesados en ello, acaso pueda suceder"
Autor: Juan C. L. Rojas

jueves, 10 de noviembre de 2016

Distracción

Activo en mis pasos...
y veo que rondas
por allí
en esos patios etéreos...
y haces siluetas
piruetas de golondrina,
trazando aire festivo
en mi pensamiento.
Distracción vital en mis ojos.
Distracción
como esencia del camino...

Dejo de verte porque te miro,
te observo.
Y me invitas a un frente a frente
sobre la mesa...
y es saborear lo servido
con aderezos de magia
con el cruce de luz
en las miradas,
fulgurante chispa
de amar.

Sé que vibran tus sentidos
desde la punta de tus dedos
aunque te vayas
y yo regrese en la insistencia...
ingrávida, ave azul,
que mis auras
rozas
con tus alas,
y pasas...
pasas...
en ese constante
incierto regreso,
por un vértice voluble
del horizonte.

Lentes ultradireccionales
son mis ojos
hacia tu estrella
y su vuelo de cometa/
mi pecho aspira
el aliento de su vuelo.

Sincronizar nuestros suspiros
pudiese
el ritmo de nuestros latidos,
para aventurar
una música de la ternura
una melodía del amor...

Distracción,
donde frente a frente
bebemos el regocijo,
mientras cantan nuestras manos
sobre las cuerdas de las caricias
al abrigo
de santa llamarada,
que purifica nuestro andar.

Una melodía dulce suena...
que tiene trinos y murmurios de manantiales...
y tiene la fuerza de ritmos ancestrales
como la sangre fluyendo
desde tiempos inasibles,
conecta a nuestros cuerpos
en vivaces armonías,
tremolando en el aire sutil
de los suspiros.

Un vaivén de fuego acompasa,
donde toda flama es entrega
al pedestal de la caricias,
al sentir del ensueño,
al hacer del amor
en lo profundo de los besos,
que solazan en instantes
de placentera eternidad.
Allí quedan los resquicios
donde se avivan
los anhelos fervientes,
tuyos y míos,
donde manan
de aquello que inspira
el elixir latente
en nuestros poros
que estallan
en los orgasmos benditos
de la aurora.


Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 8 de marzo de 2016

De la vida

Este atardecer,
que camina risueño por las veredas
dibujando faros en las esquinas
amacando su marejada
entre flojas baldosas
y hojas danzantes
de incipiente otoño...
Este atardecer,
que me lleva
por ambiguas penumbras
donde la luz va renaciendo
en ecos de la memoria,
donde el sabor
se presta alucinado
en dulces sentires
floreciendo en sus candores...
Zitzaguea su brisa,
desde mis ojos
y entre mis huesos,
con las razones misteriosas
que me convocan...
Es hálito de vida
que late en mi pensamiento
que va conmigo
y avanza
hasta el peldaño siguiente
del tiempo
aunque el otoño
insistente,
derrama ya
su bálsamo
de blanca cerrazón,
a esa corona
que calza
la frente erguida...
Y sigue su marcha
en el camino
donde esculpe
variopintas diademas
en el andariego crisol
de los sueños.
Este atardecer
de la vida
irá hacia su noche,
a su manto
oscuro y sideral
a prender luciérnagas
a marcar
sus cadencias
de sinfonías estelares,
otros compases
acaso...
¡oh, si pudiesen
nutrir las almas!




De la vidaEste atardecer,que camina risueño por las veredasdibujando faros en las esquinasamacando su...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on lunes, 7 de marzo de 2016

sábado, 3 de octubre de 2015

Pensar en un sólo color??

"...Capitalismo, comunismo, sindicalismo, anarquismo... y todos esos muchos sectarismos que por allí, danzan aún, en la discordia humana...
Pensar que siempre, todo es blanco o todo es negro, involucra al sistema de pensamiento del fanatismo y las antinomias.
Pensar en un sólo color nos limita. 
Meter todo en la misma bolsa confunde y ensucia; borronea nuestra visión de las cosas.
La luz plena está compuesta de una multitud de ondas (o frecuencias) y colores.
Bueno es, creo, ver las cosas en términos de lo relativo y abarcador; hacer que las cosas sean, puntualmente, discernidas y encausadas en función amplia de la armonía y la justicia.
¡Buen sábado para tod@s, amig@s!...

lunes, 23 de enero de 2017

Nacionalismos y patriotismos

"El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad."
Albert Einstein

...En la medida que el humano se aleje de su pequeñez, y asuma la posibilidad de su grandeza, entonces,  se hará  menos sectario, menos discriminador, no necesitará de escudos y blasones... Olvidará sus fronteras...   
¿Se alejara de sus pequeñeces?...
Seguramente, surgirá aquí, desde algunos puntos de vistas,  el argumento sobre la "necesidad de la defensa de la patria". ¿Será así? Sin embargo, no siempre se lo "defiende" en sentido de justicia, sino, al contrario, en razón de intereses mezquinos , de corporaciones, de políticas, de tiranos, etc. No siempre siquiera roza algún  interés justo de la gente, si no por el contrario, como dice León  Gieco, "la guerra es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre inocencia de la gente".
Bastará que existiese alguna coyuntura de este tipo y la "manada" (que me disculpen los otros animales), corre tras ello con una fe mística, más que religiosa, y se construyen los fanatismos, y algunos desastres del mundo... Se marcha con esas frases como la patria, el honor, la tierra, la madre, el dios, etc.
Muchas veces  (muchos ejemplos), las guerras se inventan... se inventan enemigos por diversas razones, hasta para distraer o llamar la atención política y del voto... Por tierras, por petroleo, etc.
Y no todo el mundo tiene la suficiente elevación e integridad moral como para  decir, NO, a la barbarie, y a la "sin razón"; a veces por convicciones espurias, otras por pensamientos  cortados por lo mistico...
Puede que haya razones para defender con la guerra ¿?, pero alguien dijo que, "más se defiende con la paz que con la guerra"; Simón Bolivar, enunció: "De la paz se debe esperar todo, de la guerra nada más que desastre."
Erwin Rommel, (también nombrado Zorro del Desierto), tuvo que decir no, desairar, en algún  momento a Hitler, aunque pagó con su vida, pero sabía que todo lo que se proclamaba era un falso patriotismo y una propaganda tras otra para inventar la guerra, la guerra de un tirano... Un dictador que arrastró a multitudes, pero, construyó ese poder porque tuvo gente que lo apoyó con actitudes belicistas y de falsos o equivocados patriotismos.
Es lógico, se entiende, que hago esta reflexión desde más allá de muestra realidad actual, desde una utopía acaso; sin embargo, también  hubieron utopías en el pasado, concretadas al presente. Creo que todo lo imaginable es posible de realizarse. Creo que el hombre no debe quedarse arrellanado en el llano de su pensamiento. Debe acostumbrarse a mirar más allá de sus narices; al horizonte y hacia las cumbres. Es la actitud, la que le da calidad a la acción y al resultado. A lo positivo y plausible no se le ha de poner tropiezos basados en el temor.Eso,  y no lo otro, hará a su elevación.

lunes, 1 de mayo de 2017

¿Poesía o narrativa?

¿Poesía o narrativa? La elección es contundente. Está a la vista. La poesía es mirada de soslayo. Con cierta indiferencia; como cuando se mira algo inútil. "La poesía no interesa. La poesía no vende", decía un amigo, y tiene razón. Sin embargo... No siempre, por el hecho de que algo surge por elección mayoritaria, significará lo superlativo, lo bueno, lo correcto. Pregunto. Busco una respuesta. ¿Por qué es tan contundente esta elección cuantitativa? Sí. Enfatizo: No significa calidad. Lo mayoritario no siempre involucra niveles cualitativos. ¿Es un concepto elitista lo mío? Puede ser. Pero... Se me ocurre que hay una razón para el mundo que conocimos. Hay algo que hace a su conformación. Dentro de sí, en el centro de la vorágine de su espíritu, existen infinitos ciclos recurrentes de causa y efecto; una reversión constante. Una especie de feed back o retroalimentación, que da vuelta y regresa sobre lo dañino, o que por lo menos produce un encierro en cierta miopía que es paradójica a la inmensa posibilidad de inteligencia y sabiduría. Hay una tendencia a buscar lo superfluo, y escapar de todo lo que conlleve profundidad de pensamiento. Pareciera ser más entendible y atendible lo prosaico que lo espiritual. Se diluye en el desinterés aquello que rescata valores que van más allá de lo mezquino, más allá del propio centro del ego. Entiéndase que no pretendo volcarme ociosamente hacia lo etéreo, pero observemos la realidad, ¿qué es lo que más se consume en literatura? Alguna vez habremos oído el siguiente comentario que nos ilustra: "Busco una novela entretenida para las vacaciones", (de todos modos, quien ha hecho el comentario, seguramente, siempre lee novelas "entretenidas"). Algunas estadísticas ponen este orden de consumo: ensayo, novela, cuento y al final la poesía. Por supuesto, se sabe, ¡hay cada ejemplar de poesía! Sin embargo, hablando con más seriedad, e insistiendo: el mundo necesita de la poesía. Más poesía a esta dura realidad.
www.clarin.com/diario/2008/07/08/opinion/o-01710551.htm
 Para que tengamos un mundo mejor, el mundo debería incorporar y comprender a la poesía; necesita liberarse un poco de lo prosaico y profundizar en lo espiritual. Quede bien en claro que no estoy hablando de religión. Hablo de la obra y actitud poética que se une con el Todo. Esa es para mi la verdadera poesía como obra de arte. Hilando más fino, aclaro, que con esta reflexión, no intento hacer una división estricta ateniéndome sólo a formas y estructuras. El verdadero "escrito poético", en el sentido de su profundidad, también puede estar contenido en la narrativa u otras formas literarias. De hecho, hay narradores que son verdaderos poetas. La poética genuina, es la que involucra a todo aquello que puede integrarse en lo Universal; la que, por ejemplo, si refiere identidad, no promulga ni hace apología sectarista, sino que despierta al hombre hacia un sentido fraternal y cósmico. El arte en sí debe ser cosmológico. Muy bien, el tema da para ahondar en otra ocasión. Ya conocemos la realidad. Te dejo la pregunta: ¿No crees que esa realidad necesita alguna corrección?...
 Juan Carlos Luis Rojas

martes, 20 de diciembre de 2016

En un sin fin

Los álamos destilan su savia
cuando pasas...
cuando ante ellos,
entre el aire rozas tu cuerpo...
Calidez rara de bronce es tu piel
que dibuja sus tiernos senderos
en estas tierras
donde alguien te canta lejano.
Verde lumbre
sonríen tus ojos
y me hieren dulcemente
si me atengo
a su clara faz
de lago transparente.
No sé que busca mi alma
cuando se adentra en la tuya...
No sé qué festiva visión
imaginan mis sueños..
Sólo te miro...
Como aletargando mis días,
mis horas,
mi muerte...
Y la poesía es quererte
que es lo mismo que soñar
que resulta tangible el vivir...
¿Será que me invades con tu ser
de ángel y demonio,
por decirlo así,
para este pensamiento
de bardo y romancero...
y es por eso
que pierdo la voz
que desorbita acaso
de mundos racionales?
Se que sentirás,
tantas veces,
a las alas del rocío
insufladas de azahares...
y querrás beberla
de una sola inspiración...
Cobrarás consciencia
que tus ojos hondos
estallan felices,
en el brillo misterioso
de esa oscuridad
donde sueñas...
Debes saberlo entonces,
que sólo es mi pecho
que te envuelve,
que te cubre
cual un raro universo
de anhelos fervientes
que en la fuente palpitante
se acrisola...
Tu boca pequeña
y voluptuosa
se abre,
deliciosa y susurrante
en el ávido beso...
¡Amalgama es!
de formas concurrentes,
de cóncavos y convexos
recurrentes
que hienden,
succionan,
transitan,
bajo las auras
de tu piel,
de la mía...
Sedientas,
suben
bajan
por montes
y manantiales
consumiendo
en un sin fin
los más caros deleites
abriéndose
a la libertad
de aire
de fuego
de pasión y simiente.

domingo, 31 de enero de 2016

Poesía y poeta

                                      Imagen de internet:
                                                                            https://artedepalabras.files.wordpress.com/2012/11/poesc3ada.jpg



Hay poesía en cada punto de esa sumatoria de instantes que cada quien recorre, y que el poeta de oficio, bien sabe develar...

Lo emergente poético de esos ayeres en el hoy, o simplemente el presente, traspasándonos... y mientras, siguen, seguirán,  habiendo ayeres, en diversas formas, guardados en los rincones de nuestro ser, indefectiblemente...

                                      Imagen de internet:
                                                                           http://m1.paperblog.com/i/47/479215/lirica-como-un-manifiesto-individual

                                                                           -subjetiv-L-nH0lIR.jpeg



El ser es ese ente, compuesto de muchos elementos, conformados de carne y espíritu... y es la fusión de ambas partes que hace que sea, SER PRESENTE.  Entonces, tal es: su carga de pasado y forma de mirar hacia él; su carga de presente y forma en que lo encara; pero además, la carga potencial de su futuro, por la actitud en que dirige su mirada y pensamiento... Esas tres particularidades coadyuvan en este preciso instante...

Poesía es eso que está allí, que se ve y no... Es lo que emana y nace desde la interacción entre sujeto y objeto. Está en el espíritu de los eventos y circunstancias de ser y hacer. No todos lo ven; es poeta quien lo sabe develar.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas


                                     Imagen de internet:
                                                                          https://pbs.twimg.com/media/BTrq8YNCYAABmh8.jpg



Poesía y poetaHay poesía en cada punto de esa sumatoria de instantes que cada quien recorre, y que el poeta de oficio,...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on domingo, 31 de enero de 2016 



¡Buena semana a todos!..."Poesía es eso que está allí, que se ve y no... Es lo que emana y nace desde la interacción...
Posted by Juan Carlos Luis Rojas on lunes, 1 de febrero de 2016

domingo, 27 de septiembre de 2015

Cuestión de perspectiva

"Seguramente, muchos conflictos se evitarían si usamos empatía, y no nos empeñáramos en un pensamiento y posición unilateral, sino que por el contrario, nos pusiéramos del otro lado, desde el otro punto de vista, que en cauce final, quizás, hasta podría ser de interés común y aceptable para las partes, en la construcción y conclusión de una nueva realidad en armonía."
Que estén pasando un buen fin de semana, tod@s, amig@s!!.. Fraternal abrazo.

viernes, 24 de marzo de 2017

Vivencias

Que tengas vivencias especiales tus instantes, cada instante...
Y si en el aroma de algun café te envuelves, que pase por tu mente algún vivido pensamiento...
Juan

https://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=café+

viernes, 29 de julio de 2016

Rumbo

Y la vida es la conjunción de nuestros tiempos, y la regulación de cada uno de esos factores. La dirección y sentido en que nos dirigimos...
Nuestra forma de procesar el pasado; nuestro pensamiento y acción sobre el presente; y la manera en que vamos viendo y corrigiendo el rumbo de nuestra nave hacia el futuro...

viernes, 19 de agosto de 2016

Atavío de la noche

Te pienso
y canta mi pensamiento...
¡Que noches tan bellas
han de ser
las noches que te cobijan!
Noches que me dan alas...
susurros
caricias de brisa calma...
Alas con que vuelo
sobre columnas
de olas espumantes...
Caricias de sus brillos
que me anticipan
el dulce cantar de tus manos
haciéndo cielo
sobre las mías...
Esa noche que te posee
con sus encajes
de lujuriosas diademas,
con su cetro firme
correspondidos a la pasión
en el reino hospitalario
de Eros,
donde mi ego transita...
Allí tu falda luce
con lustres y geometrías
ciñendo tus muslos,
tus formas,
rincones de los altares,
en curvas diseñadas
de cóncavos y convexos,
en hidalguía de la hermosura.
Las cintas de raso...
de lazos relucientes
que te rodean
acarician,
ciñen, bellos domos
y tus dorsales...
alegorías son
de mis anhelos
rodando
en el vórtice azulado
de las tormentas.
¡Qué me dirán tus sueños
lejana fuente!...
Tus sueños que conozco
en su piel desnuda.
Tus sueños que intuyo
desde esos vientos
de mar y contramar
que nos azotan...
¿Tendrá acaso
algo más para decir...
una pequeña voz
lanzada
hacia esta yerma desolación
que de tanto saberte
amenaza su siembra
de un nuevo florecer?
Voy a traerte
en el amanecer de mis versos
sobre el atavío de la noche
en la cúspide floreciente
de la boreal aurora
donde tangible llegas
aquí
sobre la luz con que te miro,
aquí
alborotando espacios
sobre mi pecho,
cuando a mi boca,
dulcemente,
la silencias con tus besos.

domingo, 14 de agosto de 2016

Confín

¡Ay, del que observa
a la belleza,
aquella que siembra
su condición de ser
del derecho y del revés!

Es belleza lo que derramas
desde la lumbre inquietante
de tus ojos...
¿Una visita de luz acaso
llegando al centro
de mi corazón en gozo?...

¡Tu belleza no amenaza!...
Directamente
atraviesa mi ser
con su propio paraíso
germinando en mi desierto...
Es así0
el manantial que bebo...
de tus lejanías
que me cercan, 
y acercan
en la ventura del latir...
del batir de estas ondas
que me llegan
en suspiros de alas
desde tu boca pequeña
agrandándose en el beso...
desde tu piel
perfumando la mía
en ósmosis cálida y etérea
que envuelve a mi pensamiento
desde todas tus bahías y confines,
sustentado de ternuras.

Tu ceño
liso de impiedades
se apoyan en mi frente
en preludio grato,
pasional,
del beso inexorable...
Y mientras, ¡cantan!...
cantan las formas,
la curvas que danzan,
en el fuego
del sueño
del amor
sin distancia
ni de cielos
ni de mares...
Sin confín de lo posible.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 2 de octubre de 2015

Ser como niños

"A menos que sean como uno de estos niños..."
Buenas noches a tod@s, famiia, amig@s...
...Así es; esa es la cita a la que me refiero, la de Mateo 18:3... parafraseando ese diálogo de cierta historia bíblica... Donde también se documenta en Marcos, Cap. 9. (Cito parte de él, en esta interacción con los apóstoles):
9:33 Y entraron en Capernaum.
Ahora bien, cuando estuvo en la casa, les hizo la pregunta: “¿Qué discutían en el camino?”.
34 Se quedaron callados, porque en el camino habían discutido entre sí sobre quién era el mayor. 35 De modo que él se sentó y llamó a los doce y les dijo:
“Si alguien quiere ser el primero, tiene que ser el último de todos y ministro de todos”. 36 Y tomando a un niñito, lo puso de pie en medio de ellos y lo rodeó con los brazos y les dijo: 37 “Cualquiera que reciba a uno de tales niñitos sobre la base de mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, no me recibe a mí [solamente], sino [también] al que me envió”..."
.............
El tema es mucho más amplio, pero sólo tomando esto, por cierto, bien ejemplificado aquí, lo plausible, lo encomiable , sería que los adultos adquiriésemos, muchas de las cualidades maravillosas de los niños...
No discriminadores, a pesar de, (muchas veces), crianzas y enseñanzas inadecuadas.
Más humildad y menos arrogancia.
Fresca candidez.
Espontanea bondad.
Inteligencia espiritual.
Actitud fraterna aún en las diferencias.
Pensamiento libre de malicias.
Espíritu mas bien generoso.
¡Gracias, buenas noches!...  


                                           (Imagen tomada de internet) 

viernes, 24 de marzo de 2017

Vivencias

Que tengas vivencias especiales tus instantes, cada instante...
Y si en el aroma de algun café te envuelves, que pase por tu mente algún vivido pensamiento...
Juan C. L. Rojas

https://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=café+

miércoles, 14 de diciembre de 2016

De sueños

Caminito de sol
por un bosque de sueños,
bajo furtivas sombras
donde lloran sus hojas.

Y en mi ensueño andaban sus pasos.
Rozaban una senda de luz,
del corazón la alborada.

Andar y andar
en la proa  de la brisa, 
cabalgando en sus besos
de risa y de flor...

Entre una rama
de tu luz asidua
un verso de amor
asomaba.

Vertida fue tu voz
en sus verdes susurros.
Donde un pensamiento jugaba
en el tobogán infinito del tiempo...
donde la añoranza arrojaba
inmune
sus hojas de otoño .

El corazón verdecia aún
de mustias esperanzas...
y eran sus alas
una gaviota fresca
delante, de las velas del viento.

Vuelvo a tu senda
en mis palabras y versos,
En mis pensamientos que agitan nostalgias.
Reminiscencias y dulzor en mi boca...
Y en mi pecho tu rondas 
en fragancia de fresias,
aquellas que cubren
hasta los santos campos
allí donde voy.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas