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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Septiembre

Abría septiembre
el dilatado campo de las fragancias y las luces.
El aire confesaba el amor de las flores
y la fuerza combatiente
de suspiros contenidos.
¡Y quién era yo para presentar batalla!...
¡Me rendía a lo bello
redimido del temor!
Quién era yo para juzgar
el sexo intempestivo en las esquinas/
o la precocidad ostentosa de las jóvenes...
¿Sabré, acaso, si ha de florecer
de las ruinas
lo silvestre inesperado?
Abierta sobre el cáliz
la rosa no espera/
no mezquina su candor
ni su perfume.
¡Y por eso los titanes sedientos de mi alma
se bebieron tu sangre/
con mi sangre!...
y devorado fue tu corazón
con el mío.
¡Oh, ciclópea del amor la pasión desbocada!
Galopó
hacia la rosa más íntima de tu ser/
y nací de nuevo
con la esperanza de tus ojos
con la rama perfumada de tu cuerpo.
¡Oh, verdor
que colorea y sacia
al hambriento otoño del espíritu y la carne!
¡Crepúsculo y aurora que se enlazan
con los ávidos brazos de los amantes!
...Sé que volverás
primavera de serptiembre
como vuelve la vida a los huertos.
Sé que volverá/
trayendo libertad bendecida
a la rosa fresca/
a la ignorada flor
en el jardín de los reyes.
Volverá lo sé
hecho dios del fuego y la ternura
con el cáliz servido
para el brindis real del amor.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
http://laberintodelamor.blogspot.com.ar/

sábado, 27 de mayo de 2017

No hay adiós


No permitas/
que la humedad de la tristeza
    ascienda/   
por los capilares dolidos del alma.

No permitas que te entristezca
    la palabra cortante del adiós...
porque no hay adiós.

El amor
    siempre ronda el mundo
        en la fresca sintonia del espíritu.
Ese amor
    no sabe/
de dioses ególatras
    ni de caminos perdidos.

A partir de ahora/
a partir de hoy/
pon en tus manos las flores
    que generosas se inclinan a tu paso.
No dejes marchitarse
    la emoción valiente de la espera.
Dale una sonrisa
    aromada de tu luz
        al verdor de los anhelos.
Observa/
La vida es una aventura
    de paisajes infinitos/
Aunque pueden    a veces
sus follajes
herir al corazón.

¿Sientes la melancolía de violines
    que se mecen en el pecho?...
Yo también siento/
Dame entoces
    el placer de redoblar/
esta apuesta tambaleante
    de gorriones.

¡Suelta ahora!...
¡Suelta bajo tus pies
    esas semillas vacilantes del amor!
Recogerás los frutos/
Donde sea que vayas.
Donde sea que vuelvas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 28 de octubre de 2016

Alas de amor

En tranquilo vuelo
    te ven partir    golondrina
dominando airosa
    el lustroso plumaje/
engañando de calma
    a los ojos extraño.

Mas    alguien sabe    golondrina
    que partes con el alma vibrante/
que llevas en el instinto
    anhelantes sueños/
que bajo el falso sosiego
    arde/
        una furtiva pasión.

Hay alguien que sabe/
    de la flor sangrante
         que oculta tu pecho
y que un poco de tu alma dejas
    en el corazón
        que heriste de amor...

Los ojos
    /pequeña avecilla/
no saben de engaños
    no esconden tristezas/
Sobreviven/
en el tenue brillo
    de una pequeña esperanza/
Un milagro esperan/
    que el tiempo divino
        habrá de parir.

Así sueña
    aquel que conoce el susurro/
        tu trémulo canto/
quien se mezcló con tus fibras
    y vibró en tus alas/
        tus alas de amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 4 de marzo de 2018

Demandas

"...Demandas, el arte de amar, encendiendo, en cada punto, los pábilos de la sensibilidad amatoria..."
Juan Carlos Luis Rojas

Demanda del amor,
más que el agua
que ya ni deseas.
¡Pasión!...

Necesidad
de amor,
de amar.

Sentido de amar.
Totalidad fecunda...

Tristeza
que se siente
sola.

Vacio de vanidades.
El amor es una vanidad.

Complemento.
Ven a llenar
mi vacío.

Simiente.
Ven a dar luz
en el umbral
de mi muerte.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

http://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=caminando

lunes, 22 de mayo de 2017

Cornisa del amor

Corazón
no me digas que no...
La pasión ya está allí!!
Aún sin qué, 
ni sin quién...
Porque yo sé,
lo percibo,
lo veo, 
lo siento,
que te brota
por los poros de la piel.
A raudales desde tus ojos
en que me hundo...
Desde tu pelo,
que desgrana
como rocío vaporoso
del amanecer...
Desde tu sangre,
azuzando
a tus hormonas
desde los confines
de tu cuerpo...
y hay un galopar desbocado
bajando
en las ansias de tus torrentes
dibujando arabescos
en la cornisa del amor.

Autor: Juan C. L. Rojas
https://todo-es-uno.blogspot.com.ar/search?q=amor+

jueves, 14 de abril de 2016

Río Paraná, despierta poesía

Viejo Paraná
Antiguo arriero de peces, dorado río,
por tu camino de siglos bajando vas,
desde donde su farol enciende la luna
hasta las islas frutales del litoral.
Sus soles tus lomos queman en el estío,
barrancas, islas y playas te ven pasar,
arriba lames las garras de ariscos pumas
abajo reflejas luces de la ciudad.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná.
Asoman en tus riberas como otros días
las bellas formas trigueñas del guaraní,
pero revive en el alma de los isleños
la raza vieja que otrora reinara allí.
Quien fuera, me dijo un día mirando el río,
como las aguas tranquilas del Paraná,
que no conservan las huellas de los navíos,
y así las penas del alma poder borrar.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná
(Polca canción)
Letra y Música: Edgar Romero Maciel - Albérico Mansilla














"Agua y sol del Paraná"

Por el rio Paraná,
aguas arriba navego.
El sol quema como fuego
en la siesta litoral.

Bordeando el camalotal:
pacu, surubí dorado
van navegando a mi lado
por el rio Paraná.

La canoa lenta va
hiriendo el pecho del río,
sauce triste, ceibo mío,
en sus orillas está.

Azul el jacarandá,
aromó sus ramas de oro,
derramando su tesoro,
sobre el río que se va.

El agua me ha de llevar;
nadie sabe hasta que puerto;
hay solo un destino cierto:
la pampa amarga del mar.

Viejo río Paraná:
aguas marrones y bravas
y en lo alto crestonadas
no terminan de silbar

Tristeza me da el ceibal,
sangrando sobre el verano:
si parecemos hermanos,
en el modo de llorar

Ya mi canción se me va,
aguas abajo del río,
mientras sigo mi destino
remontando el Paraná.

Rio arriba, rio va
contra la oscura corriente
agua y sol sobre mi frente
agua y sol del Paraná.

Letra: Miguel A. Brascó
Música: Ariel Ramírez








El jangadero

Río abajo voy llevando la jangada,
río abajo por el alto Paraná.
Es el peso de la sombra derrumbada,
que buscando el horizonte bajará.

Río abajo, río abajo, río abajo:
a flor de agua voy sangrando esta canción.
En el sueño de la vida y el trabajo
se me vuelve camalote el corazón

Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
con el anhelo del agua que se va.

Padre río, tus escamas de oro vivo
son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la sangre con el agua se me va

Banda, banda; sol y luna; cielo y agua:
espejismo que no acaba de pasar.
Piel de barro, fabulosa lampalagua:
me devora la pasión de navegar.

Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
conn el anhelo del agua que se va.

Letra: Jaime Dávalos
Música: Eduardo Falú








"El Paraná en una zamba"

Brazo de la luna que, bajo el sol,
el cielo y el agua rejuntará.
Hijo de las cumbres y de las selvas,
que extenso y dulce recibe el mar.

Sangra en tus riberas el ceibo en flor
y la pampa verde llega a beber
en tu cuerpo lacio, donde el verano
despeña toros de barro y miel.

Mojan las guitarras tu corazón,
que por los trigales ondulará.
Traen desde el Norte frutal la zamba
y a tus orillas la dejarán,
para que su voz, enamorada de la luz carnal,
arome tus mujeres, Paraná.

En campos de lino recobrarás
el cielo que buscas en la extensión.
Padre de las frutas y las maderas:
florece en deltas tu corazón.

Verde en el origen recorrerás,
turbio de trabajo la noche azul
y desde la luna, como un camino,
vendrá tu brillo quebrando luz.

Letra: Jaime Dávalos
Música: Ariel Ramirez

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Río Paraná

Río Paraná:
Tu brisa fresca respirando yo estoy.
Y canto al verte, tal vez por suerte,
cruzando el puente Brazo Largo
Y al ver tus costas verdes
en un sin fin perderse,
sentir estoy deseando lo que
sienten tantos,
que tus márgenes habitan.
Cantaba al remar, en su canoa a
ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río querido.
Cantaba al remar,
en su canoa a ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río Argentino.
Río Paraná.

De Ricado Iorio y Flavio Cianciarulo








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Brumas

El río me dirá si aún existe
con su voz de cristal entre las flores
él me ha visto en sus aguas endiosadas
y ha borrado de mi piel la oscuridad.

Tan lejos estoy de estos
paisajes tan lejos de su amor y su bondad
que parece que es delirio mi deseo
de borrar esta niebla de orfandad.

Y volver de nuevo a aquellos días
a mi río, a mi selva montaraz,
caminar de nuevo entre las flores
en las costas del bravío Paraná.

Jorge Cafrune








Noches isleñas


Noche, ¡oh noche de luna bella!,            
poblada por mil estrellas baña las aguas del Paraná.                                                          
Noche, ¡oh noche de dulce ensueño!,
que sos para el triste isleño fiel compañero en su soledad.                                                        

Noche, ¡oh noche que al alma hechiza!,        
tu suave rumor de brisa tiene frescura  de manantial.                        
Se eleva hacia el infinito un canto agreste y sentido:  
un canto que ha florecido  entre ceibos, sauces y flor de azahar.

     Brilla el Paraná bajo su fulgor.
     Noche de cristal; noche de ilusión.
     Aguas que se van para no volver,
     llevan con su andar mi hondo padecer.

Noche, ¡oh noche de luz y calma!
haz que ilumine mi alma la claridad de tu resplandor.
Noche, ¡oh noche de tenue encanto!,
no dejes que sea llanto lo que me impida ver tu esplendor.

Noche, ¡oh noche, que ya te alejas!,
escucha la triste  queja, la voz doliente de mi ansiedad.
No dejes que se malogre el fruto de tanto empeño.
No olvides al pobre isleño que sufre y canta en el Paraná.

     Brilla el Paraná bajo su fulgor.
     Noche de cristal; noche de ilusión.
     Aguas que se van para no volver,
     llevan con su andar mi hondo padecer.

¡Noches. Noches isleñas!

Letra y Música: Pedro Sánchez






Acuarela del río

       
Un canilla poí una balsa,        (Poí , del guaraní, flaco, fino)
una guaina, una flor en el río, (Guaina, chica, muchacha)
un paisaje de cielo
reflejan las aguas del gran Paraná.
Más allá, un camalote va flotando
hacia la orilla que arbolada de sauces
Nos invita a soñar...

Acuarela del río que pintas de luces
mi dulce romance.
En el mundo no hay marco más divino
y bello para nuestro amor, son su sol,
Con sus fúlgidos matices
con su brisa perfumada
en mágico arrebol
de un lento atardecer...

A la deriva el bote va
con mi amada por el río.
Meciéndonos con su vaivén
que acompasa nuestro amor.
Y apoyada en mi hombro
me musita al oído
mientras beso sus manos
completan mi dicha
aromas de azahar.

Acuarela del río (Litoraleña)
Letra y Música: Abel Montes
   







lunes, 20 de agosto de 2018

Es cierto


Los cristales están rotos
donde no se ven
    las palabras ciegas
        de mi corazón hundido.

Y aunque no creas
    esto es cierto...
esto del amor y el tambor añicos...
Y es cierto que llueve
    sobre estos cristales
        aunque no llueva.

Puedes enterarte además/
    que mi mente no teje fantasmas
que es cierto aquello del sentimiento/
que callan los truenos por dentro/
...Que pongo escaleras
    sólo para alcanzarte.

Hasta aquí domino el silencio...
   para que vivas...
        ¡Por Dios, nada menos!

Compruebo que es cierto...
Es cierto esto de la muerte lenta
    donde entre nubosas agonías
        las preguntas borbotean.

...¡Para qué mis versos
    si no cantan en tu pecho!
Para qué
    la  luz/    del poema/
        si no alumbra el verdadero.
Para qué...
Para qué mi siembra de colores
    en las paredes...
cuando no sé     si van tus ojos
    a donde mi amor te habla.

No.
No es juego.
Son ciertas las preguntas
    como esto que se clava en el pecho
        sin sangrar la piel.

Bueno...
Como cierto es
esta lluvia buena del desahogo
que ahora sí
    moja paredes y vidrieras...
y también mi rostro.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas


martes, 5 de julio de 2016

Presencia

A la sazón,
el despliegue de la flor,
abriendo sus pétalos al aire,
¡desliéndose generosa!
en perfumados sabores,
en el grave vigor
de sus pigmentos...
Y así te presentas
alumbrándote en mis ojos
complacidos
en el vértigo del asombro.
Y ya pronto
va mi espíritu
donde se aprestan
abeja y néctar
a libar zumo a zumo
los dulzores
que calando van
en tu mirada,
y en la revelación
de sino esplendente
la sinuosidad,
el signo de tus pechos
y del mio suspirante.
Caigo bendecido
en el regazo de tu luz
quieta y expectante,
de torbellinos y silencios,
de candores,
gestándose en tus labios
y en la ansiedad de tu boca,
en la avidez de la mía.
Caigo en el sonido
que tus ojos me susurran
sin mezquindades
en su humedad continente
y su brillo que resuena
en el diapasón
de mi temblor,
en los cauces
de mi sangre
que en
níveo
riego
cae
en esa
comunión bendita
de cuencas
y afluentes
rebasantes
de pasión,
natura,
y de amor.

sábado, 24 de septiembre de 2016

La inconfundible letra de Enrique Santos Discépolo

Tormenta

Aullando entre relámpagos,
perdido en la tormenta
de mi noche interminable, Dios,
busco tu nombre.
No quiero que tu rayo
me enceguezca en su fulgor
porque preciso luz para seguir...
Lo que aprendí de tu mano
no sirve para vivir.
Yo siento que mi fe se tambalea,
que la gente mala vive, Dios,
mejor que yo.
Si la vida es el infierno
y el honrao vive entre lágrimas,
cuál es el bien
del que vive en nombre tuyo
limpio, puro... para qué.
Si hoy la infamia da el sendero
y el amor mata en tu nombre, Dios,
lo que ha besao,
el seguirte es dar ventaja
y el amarte, sucumbir
al mal.
No quiero abandonarte, yo,
demuestra una vez sola
que el traidor no vive impune, Dios,
para besarte;
enséñame una flor
que haya nacido
del esfuerzo de seguirte, Dios,
para no odiar
al mundo que me desprecia
porque no aprendo a robar.
Entonces de rodilla en los guijarros
hecho sangre, moriré con vos.
¡Vení, Señor!
Si la vida es el infierno
y el honrao vive entre lágrimas,
cuál es el bien
del que vive en nombre tuyo
limpio, puro... para qué.
Si hoy la infamia da el sendero
y el amor mata en tu nombre, Dios,
lo que ha besao,
el seguirte es dar ventaja
y el amarte, sucumbir
al mal.

Letra y música: Enrique Santos Discépolo


viernes, 5 de agosto de 2016

Permanecerá el amor


Aquietadas ahora
las ramas sacudidas
por el viento del día...
los momentos continentes...
sumatoria de instantes
en las raíces
de este árbol sediento...
Ahora un breve posar, reposar,
sobre la grama verde del tiempo
la que trunca los signos del otoño
suavizando su tristeza.

Un respiro de alas,
fragancias inspiradas,
tenue brisa de los segundos
y un suspiro
medido desde tus ojos...
y a seguir el vuelo
tras los nutrientes
con que tu corazón me besa.

Estallar un vano
que de por sí hueco
en la escalera del tiempo,
que lleno de siembras,
olvidadas...
esas que se deslizan ahora
por el aire remecido de la memoria,
emergiendo en nostalgias
desde sus brotes.

Y es un horizonte...
casi fantasmal el que aparece...
¡Tanto tiempo!
tanto viento
tantos pasos...
¡Tantos soles 
en la negrura de los días!...
Tanto dolor acrisolando el alma.
Tanto amor
que nunca pasa...
No pasará jamás,
aún
ante tanto odio 
en tanto mundo 
desmedido.

sábado, 15 de octubre de 2016

De otras maneras, madre

Desde que hubo el temblor
en la primera alborada de la semilla...
y cuando en el cosquilleo de la sangre
declamó la emoción sus sinos y misterios...
hubo el sabor anticipado de los besos
¡creciendo!
con el húmedo resplandor en los labios.

¡Y luego las manos!
tanteando en el vientre las caricias venideras,
tanteando los pasos de un tierno palpitar...
¡Pasos!...
sacudiendo la pereza de los días
hacia un renuevo de esperanzas y de sueños.

¡Madre!
De muchas maneras, madre.
La que pudo y aquella que no
y sin embargo el arrullo de amor
fue un poema
desliéndose en su pecho.

La que fue y no fue...
Donde la historia hizo un jirón
y el desapego hecho un desgarro
donde dar, acaso,
fue vida y alas...
donde la poesía de vivir
perduró su canto
con el dolor,
con el perdón,
con el amor.

Que se iluminen entonces
sus ojos de crepúsculos,
con la chispa de la algarabía,
con la estirpe piadosa del canto
en la comprensión de lo divino
y perfumada bendición.
¡Felices sean tus días,
de cualquier manera,
madre!

Autor: Juan Carlos Luis Rojas


jueves, 14 de mayo de 2015

Te amo!!...

¡Tan fácil se escucha! ¡Y tantas veces! Ese: Te amo!!... Amas??...
(Estimados amigo, a veces no se trata de la expresión de amar,... ni siquiera del supuesto hecho de amar...
Porque yo puedo decir, y creer que amo, sin embargo el asunto clave es: si el receptor de tales sentimientos lo siente así, como un hecho favorable de amor, y realmente beneficia su vida...
Hay personas que dicen amar a la aves y otros animales, pero los encierran en una jaula... Así tantos ejemplos.
Hay otros que esconden intereses egoístas, totalmente contrarios al amor. Siendo sus hechos y actitudes, totalmente manipuladoras para sus propios fines, sea que estén conscientes de ello o no.)

domingo, 27 de diciembre de 2015

Amor y obsesión



"Y el amor se empecina a veces, amarrado de melancolías, cultivado de obsesiones... y aprende a andar con ello al hombro, hasta acaso, algún día, comprender su trágico evento."
Juan Carlos Luis Rojas
 martes, 22 de diciembre de 2015 


Juan Carlos Luis Rojas Y de flores,... sí que las hay, tan bellas de colores y verdores...
Las marchitará el tiempo y sin embargo perdurarán en el recuerdo haciendo vivo nuestro vivir; perdurando su aroma como un gesto de su signo...
Sin embargo también las hay aquellas, de colorida luz encandilante, estratagema de la belleza, que ocultaron sus espinas; y luego arrimaron sus armas en las heridas, inexorables...
Y estas sí,... sin necesidad del rigor del tiempo, volaron sus pétalos; dejando sus espolones como castigo a la ciega obsesión...
¡Salud, apreciados amigos!...
Carolina Marim,... Diana Malena Lozano,... Ana Lu Quilla,... Blanca Luz Reiki,...Margarita Miño,... Annie Mont,... Temasboy Pasión En Mi Ojos,... Juany Hdz,...Jess Rivera,... Sofia Lopez G,... José Josè Manuel Bayard Lerma,... Carmen Maat,... Betsy Morales Castro,... Cristina Galarza de Vassallo,... Jose Luis Ferrato,... YiRu Elisa Wu,... Yazmín Ferrero,... Maria Di Iorio,... Alma Sanchez,... Maria María Fernández Cuello,... Alma Delia D,... Rafael Carima,... Jorge Portela Giner,... Susana Alba Reyes,... Aimara Ferreira Garcia,... Sonia Betancort,... Pamela Vasquez,... Conchita Hernandez Santos,... Edith Amieiro,...

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viernes, 28 de septiembre de 2018

Fecundidad

Sí/
Sé muy bien
   por qué se yergue aún
      la columna de mis sueños
         vertebrada desde la sangre...

Mientras el mundo
   se pierde en sus condenas/
      trivialidades/
         indiferencias y avatares/
Mientras intercambia acalorado
   tribal veneno de discordias
      tribales sectarismos de cavernas/
   hay zaguanes que congregan
      espera y ansiedades.
Hay espacios que aroman
   el verdor pasional de los anhelos...

Hay un rincón/
por lo menos un rincón
   donde se esparce
en vital fecundidad
   la siembra de nuestras manos/
Manos que roturan
   la tierra tibia de nuestra sed/
¡Sed que amamanta
   la vastedad de lo posible!
Posibilidad canora
   de febriles aves
      y ancestral
         libertad de las gaviotas.

Sospecho que de nuestros pasos
   no quedará inmune este sendero/
Sospecho que cambiarán sus ojos
   los girasoles/
que brincarán libres
   las flores de las caricias/
      y las notas musicales
         de nuestro amor.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
Sí/
Sé muy bien
   por qué se yergue aún
      la columna de mis sueños
         vertebrada desde la sangre...

Mientras el mundo
   se pierde en sus condenas/
      trivialidades/
         indiferencias y avatares/
Mientras intercambia acalorado
   tribal veneno de discordias
      tribales sectarismos de cavernas/
   hay zaguanes que congregan
      espera y ansiedades.
Hay espacios que aroman
   el verdor pasional de los anhelos...

Hay un rincón/
por lo menos un rincón
   donde se esparce
en vital fecundidad
   la siembra de nuestras manos/
Manos que roturan
   la tierra tibia de nuestra sed/
¡Sed que amamanta
   la vastedad de lo posible!
Posibilidad canora
   de febriles aves
      y ancestral
         libertad de las gaviotas.

Sospecho que de nuestros pasos
   no quedará inmune este sendero/
Sospecho que cambiarán sus ojos
   los girasoles/
que brincarán libres
   las flores de las caricias/
      y las notas musicales
         de nuestro amor.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 18 de marzo de 2017

Pértiga y carroza

De pértiga dulce
   a flor y profundo ensamblada en tu vientre
       puede ahora arrastrar mi alma
         carrozas ensoñadas.

De ceñido pedestal
   pueden nuestros cuerpos
      mover el mundo
         al ritmo sediento
             de pélvicas luces.

Oh, amor
al canal mayor de tus venas
se asoman/    vertientes/
   ríos infinitos.
¡Cómo no cantar
   si la fuerza de tu sangre
      tensa la cuerda limpia de mi garganta!

Magnolia encendida    es tu cintura
   ceñida de mis brazos
      posesos de pasión.
Fidedignos del ardor
   nuestros besos fagocitados.
Cuerpos inmersos en el altar.
¡Placer!
   que ignora el tiempo y el espacio.
¡Rostros que se inflaman
   del gozo a fuego vivo!

Ahora que muero
   consumado en tus brazos/
doblegado en la fuerza
   del placer y del amor/
      ¡anda! ¡llévame en tu seno!
A esta pequeñez humana
   llévala en tu seno...
      donde se elevan las ondas
         de ardientes corales arracimados...
      donde palpita ansiosa la simiente...
      donde se arrulla/
la materna e infinita
   ternura de la vida.

Autor: Juan C. L. Rojas

sábado, 9 de enero de 2016

Oscuridad

                                     
En las venas de mi sien
  /aletea/
    el rito prolongado de nuestros ojos
      ojos que vuelan
        una vez tras otra
          rayando en las caricias/
      sublimando acentos
           en las preguntas infinitas.

Túneles inquietos/ son los ojos/
  túneles que se ensamblan
    en cópulas de pasión
      vertiginosas           tímidas
        dulces              desesperadas.

Esta vaina oscura/
  oscura de dichas/
    oscura de cantos silenciosos/
      oscura del amor
        que discurre  en las calles...
    se abre a veces
            /se rompe/
        vertiendo del espíritu
          irisada simiente.

La eternidad del dolor
  escapando al bálsamo/
    escapando a la sed de las heridas/
      /escapando/
    hacia la curación final de la nada.

Adolecer
  que hierve adolescente
    en el perpetuo tiempo
      de las manos combativas/
        /incansable/
         candor-candente-del pecho...
      luego discordias
        entre aurículas y ventrículos.

Mientras tanto
  azulino es el sol
    que une a las almas
      con la negrura del día
    y no se encuentran/
      no se abrazan
        ni piel
          ni aliento
            ni suspiros.

La oscuridad nos baña
  a plena luz del sol.
¿Cuándo caerá
  su áspero pigmento
    como nieve derretida?...
Cuando nuestros ojos sepan
  reposar en otros ojos
cuando entibien nuestros besos
  ajena frente
    cuando el corazón hable
      por fin
        sobre el amor.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 7 de noviembre de 2017

Puentecito de mi río

Puentecito del río que pasa  
hacia el valle de fresco verdor,  
cuántas veces al ir a su casa  
a besar de sus labios la flor,  
sobre el río que corre cantando  
tú escuchaste mis cantos de amor. 

Viejo puente de piedras entre las flores  
de mis selvas y sierras del chañar,  
ya no estás como entonces sobre el río  
que en mil noches platearon las lunas al pasar. 

Roto el puente, ya no podré llegar  
con mis besos, mi copla, mi canción,  
hasta el rancho en que vive la más bella,  
la dulce paisanita que adora el corazón. 

En el cauce rezonga bravío,  
desafiando a mi amor y a mi fe,  
pero yo he de vencer a este río,  
otro puente sobre él tenderé  
y otra noche cantando, cantando,  
paisanita a tu lado volveré. 

Letra: Buenaventura Luna  
Música: Tormo-Canales 

jueves, 10 de noviembre de 2016

Distracción

Activo en mis pasos...
y veo que rondas
por allí
en esos patios etéreos...
y haces siluetas
piruetas de golondrina,
trazando aire festivo
en mi pensamiento.
Distracción vital en mis ojos.
Distracción
como esencia del camino...

Dejo de verte porque te miro,
te observo.
Y me invitas a un frente a frente
sobre la mesa...
y es saborear lo servido
con aderezos de magia
con el cruce de luz
en las miradas,
fulgurante chispa
de amar.

Sé que vibran tus sentidos
desde la punta de tus dedos
aunque te vayas
y yo regrese en la insistencia...
ingrávida, ave azul,
que mis auras
rozas
con tus alas,
y pasas...
pasas...
en ese constante
incierto regreso,
por un vértice voluble
del horizonte.

Lentes ultradireccionales
son mis ojos
hacia tu estrella
y su vuelo de cometa/
mi pecho aspira
el aliento de su vuelo.

Sincronizar nuestros suspiros
pudiese
el ritmo de nuestros latidos,
para aventurar
una música de la ternura
una melodía del amor...

Distracción,
donde frente a frente
bebemos el regocijo,
mientras cantan nuestras manos
sobre las cuerdas de las caricias
al abrigo
de santa llamarada,
que purifica nuestro andar.

Una melodía dulce suena...
que tiene trinos y murmurios de manantiales...
y tiene la fuerza de ritmos ancestrales
como la sangre fluyendo
desde tiempos inasibles,
conecta a nuestros cuerpos
en vivaces armonías,
tremolando en el aire sutil
de los suspiros.

Un vaivén de fuego acompasa,
donde toda flama es entrega
al pedestal de la caricias,
al sentir del ensueño,
al hacer del amor
en lo profundo de los besos,
que solazan en instantes
de placentera eternidad.
Allí quedan los resquicios
donde se avivan
los anhelos fervientes,
tuyos y míos,
donde manan
de aquello que inspira
el elixir latente
en nuestros poros
que estallan
en los orgasmos benditos
de la aurora.


Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 23 de diciembre de 2022

Obsesión de ¿amor?

..."Y el amor se empecina a veces, amarrado de melancolías, cultivado de obsesiones... y aprende a andar con ello al hombro, hasta acaso, algún día, comprender su trágico evento".
License Pixbay

sábado, 10 de septiembre de 2016

La página rota (Emiliano Fernandez)

El sol arrebolado se hunde en el poniente
y acecha sigiloso el triste amanecer
sus cárdenos reflejos desmayan lentamente
en ritmo con mi inmenso profundo padecer.
Conmigo ya en la noche y envuelve en su velo ancho
como a un fantasma loco mi pobre corazón
las noctívagas aves del mal y del desvelo
sobre mi alma cruzan en larga procesión.
Llena un brío de ausencia mi lóbrigo aposento
y a Dios solo confieso mi tétrico sufrir
y tú, lejos amada ignoras mi tormento
ignoras el martirio de mi intenso vivir.
Mi senda entenebrida está llena de espina
aguda y punzante espina de dolor
los jilgueros huyeron de esta selva vecina
ya no sueltan al viento su música de amor.
Las flores que en otoño brindó la primavera
hoy perdidas y mustias están en la orfandad
y todo tiembla y gime en la angustiosa espera
aguardando que vuelvas enivoluble beldad.
Así también yo vivo herido de tu ausencia
distante de tu gracia sin escuchar tu voz
las olas del destino arrastran sin clemencia
mi barca de esperanza que a ti fuera veloz.
Aquel dichoso nauta hoy náufrago sin destino
zozobra en las olas del mar de la aflicción
amada tú lo sabes perdido está el marino
porque apagó el destino su faro de ilusión.
Perdí ya tu cariño perdí ya tus amores
llorando desengaño cargado de dolor
ven amada a mi brazo que sobre las cenizas
perennemente tuyo encontrarás mi amor.
No importa que tu gracia florezca en manos ajenas
no importa que se burlen de mi fe y mi ilusión
y aunque mi senda encuentra de lado y sendas llenas
rencor no guardará mi pobre corazón.
Tal vez el egoísmo falaz y traicionero
que lo destruyera mi nido de placer
mañana se transforme y sea en mi sendero
como una flor que arome mi triste atardecer.
Adiós dulce Fernanda amada novia mía
me voy con paso incierto buscando otro vergel
adiós aquellos ojos que fueron mi alegría
adiós aquellos besos que fueron todo miel.
Emiliano fernandez