Todo es uno.
Hay un hilo conductor que relaciona a las partes con un todo.
Pero las partes deben hallar una consciencia del Todo...
Un poco de aquí y de allá.
Y ya estoy regresando
hacia un comienzo
o hacia el final
sobre las huellas
trilladas del andar.
Olas
que montadas de espumas
vuelven
regresándome
la botella navegante
y sus memorias.
Escorado de vientos
mi navío,
suspirando tajos
sobre las velas,
se yergue de tridentes
sus mástiles
como la sonora
púa de mi canto.
Habrá tal vez
un retablo de equilibrio
desde tus ojos
que remozen
la escuadra antigua
de mis huesos
crujiente maderamen,
bastión de las tormentas.
Y he aquí
que moderado de sombras
mis párpados
mecen
un titilar de verdes,
y de azules
entre brillos
de ardientes soles
en mis días...
He aquí,
que entablilladas
de quilla combatiente
mis piernas,
se arrogan el ahínco
afirmadas
en los trozos
de los sueños,
portreros acaso,
caminando, caminando,
hasta el fin.
"Parece que por mucho tiempo aún, subsistirán en el andar del hombre, esas acciones turbias que arrastran las miserias humanas, esas actitudes y acciones en aquello llamado "deporte", como también lo llamado "arte", sin serlo, sino más bien, solo sumatoria de manchas a la dignidad humana y anacronismos, fallas groseras en los engranajes del reloj de los siglos..."
Activo en mis pasos...
y veo que rondas
por allí
en esos patios etéreos...
y haces siluetas
piruetas de golondrina,
trazando aire festivo
en mi pensamiento.
Distracción vital en mis ojos.
Distracción
como esencia del camino...
Dejo de verte porque te miro,
te observo.
Y me invitas a un frente a frente
sobre la mesa...
y es saborear lo servido
con aderezos de magia
con el cruce de luz
en las miradas,
fulgurante chispa
de amar.
Sé que vibran tus sentidos
desde la punta de tus dedos
aunque te vayas
y yo regrese en la insistencia...
ingrávida, ave azul,
que mis auras
rozas
con tus alas,
y pasas...
pasas...
en ese constante
incierto regreso,
por un vértice voluble
del horizonte.
Lentes ultradireccionales
son mis ojos
hacia tu estrella
y su vuelo de cometa/
mi pecho aspira
el aliento de su vuelo.
Sincronizar nuestros suspiros
pudiese
el ritmo de nuestros latidos,
para aventurar
una música de la ternura
una melodía del amor...
Distracción,
donde frente a frente
bebemos el regocijo,
mientras cantan nuestras manos
sobre las cuerdas de las caricias
al abrigo
de santa llamarada,
que purifica nuestro andar.
Una melodía dulce suena...
que tiene trinos y murmurios de manantiales...
y tiene la fuerza de ritmos ancestrales
como la sangre fluyendo
desde tiempos inasibles,
conecta a nuestros cuerpos
en vivaces armonías,
tremolando en el aire sutil
de los suspiros.
Un vaivén de fuego acompasa,
donde toda flama es entrega
al pedestal de la caricias,
al sentir del ensueño,
al hacer del amor
en lo profundo de los besos,
que solazan en instantes
de placentera eternidad.
Allí quedan los resquicios
donde se avivan
los anhelos fervientes,
tuyos y míos,
donde manan
de aquello que inspira
el elixir latente
en nuestros poros
que estallan
en los orgasmos benditos
de la aurora.
..."Y el amor se empecina a veces, amarrado de melancolías, cultivado de obsesiones... y aprende a andar con ello al hombro, hasta acaso, algún día, comprender su trágico evento".
Imagen de internet: http://www.caphorniers.cl/cabo_miedo/miedo02.jpg Y ya estoy regresando,
hacia un comienzo
o hacia el final,
sobre las huellas
trilladas del andar.
Olas
que montadas de espumas
vuelven,
devolviéndome,
la botella navegante
y sus memorias.
Escorado de vientos
mi navío,
suspirando tajos
sobre las velas,
se yergue de tridentes
sus mástiles
como la sonora
púa de mi canto.
Habrá tal vez,
un retablo de equilibrio
desde tus ojos,
que remocen,
la escuadra antigua
de mis huesos,
crujiente maderamen,
bastión de las tormentas.
Y he aquí
que moderado de sombras
mis párpados,
mecen,
un titilar de verdes
y de azules,
entre brillos
de ardientes soles
en mis días...
He aquí,
que entablilladas,
de quilla combatiente
mis piernas,
se arrogan el ahínco,
afirmadas,
en los trozos
de los sueños...
postreros sueños acaso,
caminando, caminando,
hasta el fin.
"Del mismo modo que no tenemos derecho a consumir riqueza sin producirla, tampoco lo tenemos a consumir felicidad sin producirla."
George Bernard Shaw
...Aunque todo es relativo, en la vida y en las cosas, casi siempre estará presente en nuestro andar, ese enunciado casi matemático que dice:
"Cosecharás tu siembra."
Hagamos nuestro balance siempre, y más apropiado aún, en estos días finales de un año más.
Juan Carlos Luis Rojas
Y entonces enfrentho el telón final.
Mi amigo, lo diré sin rodeos, Hablaré de mi caso, del cual estoy seguro. He vivido una vida plena, Viajé por todos y cada uno de los caminos. Y más, mucho más que esto, Lo hice a mi manera.
Arrepentimientos, he tenido unos pocos
Pero igualmente, muy pocos como para mencionarlos.
Hice lo que debía hacer
Y lo hice sin exenciones.
Planée cada programa de acción,
Cada paso cuidadoso a lo largo del camino.
Y más, mucho más que esto,
Lo hice a mi manera.
Sí, hubo oportunidades,
Estoy seguro que lo sabían,
Cuando mordí
Más de lo que podía masticar.
Pero al final,
Cuando hubo duda,
Me lo tragué todo y luego lo dije sin miedo.
Lo enfrenté todo y estuve orgulloso,
Y lo hice a mi manera.
He amado, he reído y llorado.
Tuve malas experiencias, me tocó perder.
Y ahora, que las lágrimas ceden,
Encuentro tan divertido
Pensar que hice todo eso.
Y permítanme decir, sin timidez,
'Oh, no, oh, no, a mí no, yo sí lo hice a mi manera'.
Pues que es un hombre, ¿qué es lo que ha conseguido?
Si no es a sí mismo, entonces no tiene nada.
Decir las cosas que realmente siente
Y no las palabras de alguien que se arrodilla.
Mi historia muestra que asumí los golpes
Y lo hice a mi manera.
Sí, fue a mi manera:
Escrita por Claude François y Jacques Revaux,.
Letra en francés de Claude François y Gilles Thibaut,
En ingles, Paul Anka
Es evidente que, muchas veces, no desplegamos la capacidad de ver lo diverso. Y algunas personas tenen su espectro muy acotado y viven en sus extremos. Parece que resulta difícil o imposible hacer balances. Entonces todo resulta negro o todo blanco. Parece que resulta mas fácil ir del amor al odio o viceversa que ver las cosas en su contexto y circunstancias. Hasta los políticos, cuando son votados, creen que hay aprobación, sin excepción, en todo su paquete de proyectos y medidas; y los (acaso, muchos eleccionarios y votantes), suelen ir de fanatismos extremos, a la desidia de la indolencia y el "no me importa".
En el entorno familiar, los padres pueden ir, de una educación "castradora" o otra totalmente liberada y laxa... ¿Parece que se les hace difícil discernir, lo bueno o lo malo, de lo uno o lo otro?...
El humano se suele aferrar a un color sin ver los otros colores del espectro. Desde ya, tenemos cierta incapacidad, como especie, de no poder ver alguna franja de frecuencias, que, sin embargo, sí pueden hacerlo otros animales. Gran parte de esta condición, es anteojera de nuestra mente, donde esa imposibilidad es sólo debido a nuetra terquedad y obcecada condición mental , que sólo ve bultos, y no es capaz de discriminar, discernir, partes, detalles, ideas, circunstancias. Es por la irracionalidad y pobreza de espíritu que los hombres suelen necesitar jueces y mediadores.
Vivimos incapaces de ver nuestro Universo a pleno. Muchos suelen cometer el grave "pecado", de juzgar por un acto, la calidad total de una persona. Por una sola actitud errada descalifica a uno; o por una bonanza de otra, la hace totalmente buena.
Por esta suerte es, que moriremos, seguramente, con los mismos juicios con que hemos juzgado.
No juzgues... pero sí
Es cierto. De una u otra manera seremos juzgados. Es cierto también, aquello de que: "con la misma vara con que ustedes miden, se les medirá". Mat. 7:1-29. Y, sin embargo, por otro lado, no podemos andar por la vida sin tener algo de juicio... juzgar en cierta forma. Allí estriba nuestra responsabilidad. Tender hacia el bien. Juzgar con ecuanimidad.
Tomamos decisiones en cada momento que requieren de nuestro criterio y definición. Vivimos en un mundo en donde necesita construcción y corrección. A menos que seamos ermitaño o egoístas, debemos intervenir en él desde nuestras capacidades y posibilidades, pero fundamentalmente desde nuestro amor, que es lo que va a definir la calidad de nuestros actos. Significará responsabilidad, y a la vez, atenernos a las consecuencias. Es muy fácil la felicidad de aquellos que se olvidan hasta de sus seres más cercanos, o cumplen, apenas, como si un animal fuera. O aquellos, que con la excusa de atender a su entorno se desentiende del mundo hasta en lo más pequeño. También el querer escapar de responsabilidades suele ser estresante, enfermizo y enfermante... "...el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho." Luc. 16:10
Juan Carlos Luis Rojas
Y somos al fin, las partes de un todo. Una parte puede, acaso vagamente, comprender al todo y armonizar con él para andar en su rueda, mas no podrá ser, ese todo; y menos tener dominio sobre él. Una parte podría hacer algo por sí mismo, y sin embargo, inexorablemente, habrá de recoger las consecuencias de estar, o no, en resonancia y sintonía con ese todo. Podemos ser "dios" de uno mismo, mas no "Dios", en el sentido completo de escapar a las leyes del Todo, (al margen de religiosidades y creencias). Tendremos libre albedrío, y sin embargo, no estar libres de las consecuencias de nuestros procesos y actitudes.
Pude soñarte
una vez más esta noche
y arden mis ojos
vueltos a la suave grama que transitas
cuando la inquietud interroga de inmediato.
¿Dónde estarás
cuando buscando la primera luz
se abren las ventanas de mi ser?
¿Luz de quién
entonces
será tu rostro?
Y en esta mañana que te pienso/
cuando pretendo distraerme
en el desenredo del silencio/
en esta mañana de ausencia y lejanía
¿Qué sentirá tu piel
qué tus manos
añoradas de mis dedos?
El boceto de esta niebla de otoño
divaga entre el recuerdo....
y es así que me ilumina
...pero extraño sin embargo
la danza discreta de tu andar...
el fuego rítmico que encendemos/
La flor de tus labios conjugada en la sonrisa.
Veo tu luz
en las sombras de la luz
adentrándose en mi alma/
con su brillo/
y la elocuencia completa de tu mirar.
Suena el ventanal de mi balcón...
son los suspiros descubro
que se derrumban juguetones con el viento.
¿Volverás quizás a cultivar
al menos
los surcos de mi calma solapada?...
Sólo me responden
el misterio gris de esta niebla
y el viento sibilante
que atenaza a las paredes
¡Qué terco el sentimiento
que deja este mensaje
como un puente sublimado/
un puente que se extiende
hacia la otra orilla ansiada del regreso!
"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar." Eduardo Galeano.
"Sin embargo, es la persistencia del andar lo que rotura el erial transitado, y tras la semilla, como distraídas, en algún momento han de brotar... brotarán..."
...Jamás podrás agradar a todos (ni lo intentes, ni te preocupe), sólo ve por tu senda con honesta conciencia , y un corazón de gratitud y generosidad...
Y en esa interacción humana entran muchos elementos: condición carismática, o no. Desconocimiento del otro, por lo tanto miedos. Culturas, educación diferente y por lo tanto, incomprensión. Y de ello intolerancias. La normalidad de los temperamentos, o acciones instintivas, no culturizadas. La discriminación de los actos, sea con criterio acertado o no. La realidad de la acciones inaceptables en parámetros de la justicia... ¡Gracias por vuestro andar, comentarios, y saludos, amigos. Mi afecto...
Antiguo arriero de peces, dorado río,
por tu camino de siglos bajando vas,
desde donde su farol enciende la luna hasta las islas frutales del litoral.
Sus soles tus lomos queman en el estío,
barrancas, islas y playas te ven pasar,
arriba lames las garras de ariscos pumas
abajo reflejas luces de la ciudad.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná.
Asoman en tus riberas como otros días
las bellas formas trigueñas del guaraní,
pero revive en el alma de los isleños
la raza vieja que otrora reinara allí.
Quien fuera, me dijo un día mirando el río,
como las aguas tranquilas del Paraná,
que no conservan las huellas de los navíos,
y así las penas del alma poder borrar.
Canoas isleñas del Paraná,
quiero ser el agua por donde van,
irme cauce abajo, lluvia retornar,
y ser nuevamente río Paraná
(Polca canción)
Letra y Música: Edgar Romero Maciel - Albérico Mansilla
"Agua y sol del Paraná"
Por el rio Paraná,
aguas arriba navego.
El sol quema como fuego
en la siesta litoral.
Bordeando el camalotal:
pacu, surubí dorado
van navegando a mi lado
por el rio Paraná.
La canoa lenta va
hiriendo el pecho del río,
sauce triste, ceibo mío,
en sus orillas está.
Azul el jacarandá,
aromó sus ramas de oro,
derramando su tesoro,
sobre el río que se va.
El agua me ha de llevar;
nadie sabe hasta que puerto;
hay solo un destino cierto:
la pampa amarga del mar.
Viejo río Paraná:
aguas marrones y bravas
y en lo alto crestonadas
no terminan de silbar
Tristeza me da el ceibal,
sangrando sobre el verano:
si parecemos hermanos,
en el modo de llorar
Ya mi canción se me va,
aguas abajo del río,
mientras sigo mi destino
remontando el Paraná.
Rio arriba, rio va
contra la oscura corriente
agua y sol sobre mi frente
agua y sol del Paraná.
Letra: Miguel A. Brascó
Música: Ariel Ramírez
El jangadero
Río abajo voy llevando la jangada,
río abajo por el alto Paraná.
Es el peso de la sombra derrumbada,
que buscando el horizonte bajará.
Río abajo, río abajo, río abajo:
a flor de agua voy sangrando esta canción.
En el sueño de la vida y el trabajo
se me vuelve camalote el corazón
Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
con el anhelo del agua que se va.
Padre río, tus escamas de oro vivo
son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la sangre con el agua se me va
Banda, banda; sol y luna; cielo y agua:
espejismo que no acaba de pasar.
Piel de barro, fabulosa lampalagua:
me devora la pasión de navegar.
Jangadero, jangadero:
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
conn el anhelo del agua que se va.
Letra: Jaime Dávalos
Música: Eduardo Falú
"El Paraná en una zamba"
Brazo de la luna que, bajo el sol,
el cielo y el agua rejuntará.
Hijo de las cumbres y de las selvas,
que extenso y dulce recibe el mar.
Sangra en tus riberas el ceibo en flor
y la pampa verde llega a beber
en tu cuerpo lacio, donde el verano
despeña toros de barro y miel.
Mojan las guitarras tu corazón,
que por los trigales ondulará.
Traen desde el Norte frutal la zamba
y a tus orillas la dejarán,
para que su voz, enamorada de la luz carnal,
arome tus mujeres, Paraná.
En campos de lino recobrarás
el cielo que buscas en la extensión.
Padre de las frutas y las maderas:
florece en deltas tu corazón.
Verde en el origen recorrerás,
turbio de trabajo la noche azul
y desde la luna, como un camino,
vendrá tu brillo quebrando luz.
Río Paraná:
Tu brisa fresca respirando yo estoy.
Y canto al verte, tal vez por suerte,
cruzando el puente Brazo Largo
Y al ver tus costas verdes
en un sin fin perderse,
sentir estoy deseando lo que
sienten tantos,
que tus márgenes habitan.
Cantaba al remar, en su canoa a
ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río querido.
Cantaba al remar,
en su canoa a ritmo firme el pescador.
Que hurga en tu vientre, buscando suerte,
como ayer, mañana ó pasado.
Tal vez arrastre hasta la orilla,
la corriente,
esta canción que yo te canto
desde el puente.
Cuando me voy a la Provincia de Entre Ríos,
en canción te lo digo,
Paraná río Argentino.
Río Paraná.
El río me dirá si aún existe
con su voz de cristal entre las flores
él me ha visto en sus aguas endiosadas
y ha borrado de mi piel la oscuridad.
Tan lejos estoy de estos
paisajes tan lejos de su amor y su bondad
que parece que es delirio mi deseo
de borrar esta niebla de orfandad.
Y volver de nuevo a aquellos días
a mi río, a mi selva montaraz,
caminar de nuevo entre las flores
en las costas del bravío Paraná.
Jorge Cafrune
Noches isleñas
Noche, ¡oh noche de luna bella!,
poblada por mil estrellas baña las aguas del Paraná.
Noche, ¡oh noche de dulce ensueño!,
que sos para el triste isleño fiel compañero en su soledad.
Noche, ¡oh noche que al alma hechiza!,
tu suave rumor de brisa tiene frescura de manantial.
Se eleva hacia el infinito un canto agreste y sentido:
un canto que ha florecido entre ceibos, sauces y flor de azahar.
Brilla el Paraná bajo su fulgor.
Noche de cristal; noche de ilusión.
Aguas que se van para no volver,
llevan con su andar mi hondo padecer.
Noche, ¡oh noche de luz y calma!
haz que ilumine mi alma la claridad de tu resplandor.
Noche, ¡oh noche de tenue encanto!,
no dejes que sea llanto lo que me impida ver tu esplendor.
Noche, ¡oh noche, que ya te alejas!,
escucha la triste queja, la voz doliente de mi ansiedad.
No dejes que se malogre el fruto de tanto empeño.
No olvides al pobre isleño que sufre y canta en el Paraná.
Brilla el Paraná bajo su fulgor.
Noche de cristal; noche de ilusión.
Aguas que se van para no volver,
llevan con su andar mi hondo padecer.
¡Noches. Noches isleñas!
Letra y Música: Pedro Sánchez
Acuarela del río
Un canilla poí una balsa, (Poí , del guaraní, flaco, fino)
una guaina, una flor en el río, (Guaina, chica, muchacha)
un paisaje de cielo
reflejan las aguas del gran Paraná.
Más allá, un camalote va flotando
hacia la orilla que arbolada de sauces
Nos invita a soñar...
Acuarela del río que pintas de luces
mi dulce romance.
En el mundo no hay marco más divino
y bello para nuestro amor, son su sol,
Con sus fúlgidos matices
con su brisa perfumada
en mágico arrebol
de un lento atardecer...
A la deriva el bote va
con mi amada por el río.
Meciéndonos con su vaivén
que acompasa nuestro amor.
Y apoyada en mi hombro
me musita al oído
mientras beso sus manos
completan mi dicha
aromas de azahar.
Acuarela del río (Litoraleña)
Letra y Música: Abel Montes
Y... lamentablemente, sobre llovido mojado...
Poco o mucho, y desde cualquier lugar, siempre se podrá influir positivamente, bien apalancado, o no...
Señores... Al margen del principio de "siembra y cosecha" (recoges lo que siembras), mas, salvo algún "privilegio especial", algunas cosas me dan a opinar que, vivimos aleatoriamente según los caprichos de historias, eventos y circunstancias, (naturales o sociales)...
El hombre puede generar su independencia y recursos, con ciertas diferencias... fácilmente para algunos ¿?, a duras penas para otros, e imposible para muchos,... ¡muchísimos!
Es por esta razón que suelo tener cuidado en usar ciertos vocablos, y sólo lo hago (según cómo aplica y según el interlocutor) y quizás por tacto, educación, respeto y sana convivencia.
Sin embargo, tengo cierto prurito en hacerlo cuando estaría determinando un juício...
Desde ya no suelo usar, por ejemplo, la palabra "bendición", en algunas de sus variantes. No tengo problema, en cambio, de hacerlo como expresión de deseo.
No me gusta decir (en realidad me inquieta), que tal o cual persona a sido bendecida por tal y cuales logros o bonanzas... Me parece injusto hacerlo. ¿Por qué?...
Creo simple la respuesta: Es porque en ese caso, iría implícito, que otros no han sido bendecidos,... sino que por el contrario, fueron maldecidos...
Es que en mi corta o larga vida, he visto mucho. Y entre esas vivencias he discernido que mucha gente buena (y luchadora de buena fe), a caido "sin misericordia" bajo el peso y daño del mal; cuando otros, a todas luces inmerecidos (pudiera decirse en el común), han sido favorecidos radicalmente...
Es cierto, volviendo al principio de siembra y siega, podríamos "aseverar" aquel dicho que dice: que el que mal anda, mal acaba, ¿?... Sin embargo, mientras tanto, en ese lapso liberado (que bien podría ser toda la vida), ´qué habrá reinado? ¿la justicia o la injusticia con su gesto burlón y cruel?
Este mismo principio que señalo: la condición aleatoria en el vivir, podría sustentarlo, me parece, con aquellas mismas palabras del un "libro de la fe", que también incluye los vocablos que tratamos, y que dice:
"Me fijé que en esta vida la carrera no la ganan los más veloces, ni ganan la batalla los más valientes; que tampoco los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes abundan en dinero, ni los instruidos gozan de simpatía, sino que a todos les llegan buenos y malos tiempos." ECLESIASTÉS 9:11 (Biblia).
Cabe entonces, para mí, que es por nobleza, y con ella, que hay que aventurarse por la vida. Y que ciertamente hay leyes universales de las cuales no podemos liberarnos, al margen de bendiciones y maldiciones; y que la cosa puede andar mejor si abundamos en solidaridad, y todos empujamos a que el sistema pueda estructurarse en ese sentido, porque entonces, (hablando de manera"egoísta"), sería por el bien de todos. Estaríamos haciendo que las cosas sucedan sin esperar que caiga maná del cielo.
Aunque sea poco o mucho, desde nuestro punto de vista lo que se pueda hacer, siempre será algo de la fuerza que mueva al mundo, y podría influir de alguna manera sobre grandes o pequeños dramas de nuestro entorno o de más allá...
¡Dulce!
¡Lánguida en ofrenda!
es tu espera
de alma entera
abierta y despejada...
Abierta de ternuras
de tus sueños contenida...
Despejada de temores
en los brazos del amor.
Lazos que llamas,
llamas de anhelos,
que amas con el fuego,
el ardor en el sosiego
sofrenado en las caricias...
en la primera mirada,
cómplice,
profunda,
tierna,
junto al esperado beso
que ferviente de caricias va
conjugándose en los nudos
que enlazan nuestro abrazo,
de labios contra labios
en la boca ensimismada...
De piel contra piel,
donde néctares rezuman
en fragancias
y mieles...
¡Desbocándose
en susurros y jadeos!
y con los ojos puros,
arrinconándote,
amarrándote en dulzura...
Acaso sueña
tu frente limpia
un festival de jardines
a nuestros pasos lentos,
mano sobre mano firmes
aferradas
hacia el confín de nuestro andar
maduradas
al sabor de lo feliz.
Y te brindas
con las gráciles curvas
de tu cuerpo
de tus senos
adelantándose a mi piel
donde laten
en profundas vibraciones
exultantes y abisales
cuando es sembrada
una vez más,
con goces,
los goces,
en ese altar
de la pasión.